Con las mismas acciones que lo convirtieron en ídolo de grandes y chicos en Argentina, Emiliano Martínez comenzó a sufrir el hostigamiento de sus rivales, y en especial de Francia. El portero, en declaraciones a L’Equipe, aprovechó para defenderse y tratar de bajarle el tono a la mala relación.
“No tengo ningún odio hacia Francia. Los franceses son gente encantadora. Cuando ganaron el Mundial de 2018, también derrotaron a Argentina. Es parte del fútbol. Para nosotros son sólo rivales porque son buenos”, expresó cuando fue consultado por su visión de los hechos. De todas formas, el actual portero del Aston Villa dejó en claro que hay una doble vara, y que cada acción de los futbolistas argentinos es juzgada de otra forma: “Algunos hablan de arrogancia o mal comportamiento. Lo que la gente diga de mí no me importa. Cuando los argentinos hacen algo, es necesariamente horrible. Enzo Fernández es un tipo encantador, lo han llamado racista, pero no lo es en absoluto”.
Además, se quejó de los silbidos permanentes cada vez que pisa Francia, como cuando recibió el premio al mejor arquero del mundo. “Mi padre se quedó un poco impactado por los chiflidos durante la ceremonia del Balón de Oro del año pasado. Esa tarde, en las gradas, había algunos aficionados. Es normal, si Kylian Mbappé recibe un trofeo en Argentina nadie lo felicitará”, contó.
La preocupación más grande para Dibu es que esa bronca llegó a los jugadores, que en los Juegos Olímpicos tuvieron un mal comportamiento con Argentina: “Celebraron delante de nuestras narices, nos patearon y nos llamaron arrogantes. Había ira en ellos. La afición paga su entrada, puede hacer lo que quiera, pero los jugadores se pasaron de la raya. Debe haber respeto entre profesionales”, analizó sobre el duelo correspondiente a París 2024.
Finalmente, también aprovechó para hacer su descargo por la sanción que recibió ante Colombia, lo que le significó perderse dos partidos con la Selección Argentina. “La afición colombiana me insultó durante todo el partido. Les habíamos ganado dos veces, es normal que no les guste. Estaba felicitando a cada jugador contrario, el camarógrafo colombiano me seguía, se reía frente a mí. No lo mostraron en la televisión. Entiendo que trabaja, pero también debe respetarme”.