Sociedad
Continúa el calor y hay alertas por tormentas: el pronóstico para este domingo
hace 5 horas
Habían pasado cinco años de ese gran hito en su historia. El Torneo Nacional 1968 figuraba como la primera y única participación de Independiente Rivadavia en la máxima categoría del fútbol argentino y, tras gritar campeón de la Liga Mendocina en 1972 (título recordado por las “seis finales” ante Atlético Argentino), el Azul del Parque estaba en pleno proceso de recuperación de su mística de equipo grande del Interior.
A pesar de que faltaban un par de meses para el inicio del campeonato que había impulsado el gran Valentín Suárez (expresidente de AFA), el objetivo del mundo Lepra era reforzarse con lo mejor del medio local y sumar alguna frutilla para el postre.
Tras el empate (1-1) contra Godoy Cruz por la fecha 19 del torneo de la Liga de ese 1973, la Comisión Directiva azul, comandada por el vicepresidente primero Jorge Nanclares, se reunió el lunes 23 de julio en la Secretaria del Club Sportivo Independiente Rivadavia. Además de los integrantes de la Subcomisión de Fútbol, en el cónclave también estuvieron presentes el por entonces entrenador del equipo, Jorge “Turco” Julio, y el preparador físico Mario Elmer Lucero.
La crónica de Los Andes de la época reza que el dirigente Aldo Calcagno le informaba en exclusiva y en calidad de primicia a este medio que en los plantes de la entidad figuraba nada menos que Silvio Marzolini, una gloria de Boca y del fútbol argentino.
En cuestión de días, el interés se tradujo en una negociación y también en noticia. “Marzolini ya es casi Azul”, titulaba Los Andes en su edición del 28 de julio de 1973. La contratación del electo como mejor lateral en el Mundial de Inglaterra 1966 era un hecho y el arribo del futbolista a Mendoza se produciría la semana siguiente. Jorge Nanclares había viajado especialmente a Buenos Aires para reunirse con el presidente de Boca por aquel entonces: Alberto Jacinto Armando. La charla había sido muy positiva y el acuerdo era inminente.
En las páginas deportivas del lunes 30, además de indicar que Jorge Julio quería renunciar -tras la derrota 2-0 contra Luján Sport Club-, Los Andes informaba que el dirigente Roberto González había viajado a Buenos Aires para finiquitar la operación en Boca junto a Carlos Rez Masud, miembro de la Subcomisión de Fútbol.
Tras un contacto telefónico con el futbolista, Los Andes informaba que Marzolini contaba con la promesa formal del titular Xeneize en que no habría problemas en concretar su llegada a Independiente Rivadavia. Además, indicó que lo ofrecido por los Azules estaba dentro de sus exigencias económicas y que prefería venir a la Lepra antes que incorporarse a Gimnasia y Esgrima de Jujuy o viajar al exterior, donde también tenía algunos ofrecimientos. Marzolini también dijo que conocía a Héctor José Cabaleiro, arquero de la Lepra y con quien había jugado en Boca.
Con la necesidad de registrar su firma en el plazo establecido para no ocupar luego cupo de refuerzo, el martes siguiente (31 de julio de 1973), Silvio Marzolini arribó a nuestra provincia. En el aeropuerto era cálidamente recibido por un racimo de hinchas, dirigentes, periodistas, camarógrafos y fotógrafos. También por Antonio “Cura” Vergara, el eterno capitán leproso que fue a darle la bienvenida en representación del plantel de Independiente Rivadavia.
Estaba todo listo. Tras estampar su rúbrica en la Liga Mendocina de Fútbol alrededor de las 19.30, Marzolini expresó que su intención era radicarse en Mendoza con su familia durante los cuatro meses de contrato y que comenzaría a trabajar con la anticipación necesaria para adaptarse al esquema de juego de su nuevo equipo.
El 1 de agosto, al otro día de su firma en la Liga como jugador de la Lepra, Marzolini regresó a Buenos Aires. Boca le daba a Marzolini el pase libre si se incorporaba a Independiente Rivadavia y se dijo que Boca le mantenía el contrato y el pago del sueldo hasta el 31 de diciembre.
Luego de postergar su viaje en un par de ocasiones, el 17 de agosto Marzolini llegó a Mendoza en su auto particular acompañado de Alberto “Toscano” Rendo, figura de reconocida trayectoria en el fútbol argentino con las camisetas de Huracán y San Lorenzo. Se trasladaron a una finca ubicada en Carrodilla, propiedad de un allegado de la comisión directiva leprosa que ofreció una casa para la estadía de ambos en Mendoza.
