Hace exactamente 22 años sucedía uno de los momentos más destacados en la vida de película de Martín Palermo. De los 236 goles que hizo en Boca, el del 24 de mayo del 2000 es uno de los más recordados.
Por los cuartos de final de la Copa Libertadores de aquel año, el Xeneize tenía la difícil tarea de remontar la serie ante River. El Millonario había ganado la ida, 2 a 1, en El Monumental.
Palermo se rompió los ligamentos el 13 de noviembre de 1999 contra Colón, en la noche que alcanzó los 100 goles en Primera. Tras una larga recuperación, el Titán estaba listo para regresar en la revancha ante River.
“Si ellos lo ponen a Palermo en el banco yo lo pongo a Enzo”
Era tal la confianza que tenían los de Núñez que el técnico Américo Gallego bromeó sobre la vuelta del goleador en la conferencia de prensa previa. “Si ellos lo ponen a Palermo en el banco yo lo pongo a Enzo”, declaró el DT en alusión a Francescoli, que llevaba 3 años retirado.
El partido no fue fácil para el local que recién abrió el marcador e igualó la serie a los 13 minutos del segundo tiempo con un gol de Marcelo Delgado. Riquelme, de penal, puso el 2 a 0 pero aún había tiempo para la frutilla del postre.
Falto de ritmo y de fútbol, el Titán se las ingenió para girar en el área y definir al primer palo de Roberto Bonano para desatar la locura en La Bombonera a poco del final.
La entrada de Sebastián Battaglia fue casi tan importante como la de Palermo. Al volante le hicieron el penal que Román cambió por gol y asistió a el ex Estudiantes en el tercero.
Pero ese encuentro, además, tuvo el mítico caño de Riquelme al colombiano Mario Yepes. Sin dudas, una noche inolvidable para Boca que después terminó ganando la Copa en el inicio de la mejor etapa de su historia.