El miércoles 7 de noviembre de 1978 llegó a Mendoza el destacado futbolista alemán Franz Beckenbauer junto a otros jugadores del entonces equipo estadounidense “Cosmos”, quien se enfrentó al conjunto local de Independiente Rivadavia.
Hoy el “káiser” Beckenbauer murió pero su partida no diluye su grandeza y el peso de su leyenda dentro del fútbol mundial. Por eso rescatamos su paso por Mendoza.
Durante la visita del equipo neoyorquino, diario Los Andes entrevistó al recordado “Káiser”, y a los jugadores Giorgio Chinaglia, Santiago Formoso y Andranik Eskandarian; alojados en el hotel Huentala. Aquí, parte de la nota:
“Con las cuatro estrellas del Cosmos estuvo ayer Los Andes, Beckenbauer, Chinaglia, Formoso y Eskandarian. Respondieron amablemente al diálogo.
La charla de Los Andes con Franz Beckenbauer en Mendoza
Quisimos desviarnos del cuestionario habitual de preguntas y conversar con Franz Beckenbauer de otras cosas menos difundidas.
El “Rey” del fútbol alemán, con una corona que aún sostiene sin estar jugando en su país, mostró su capacidad de relaciones públicas. Se mostró muy amable y tuvo elogios para Mendoza, “a la que conozco poco, ya que sólo di una vuelta al centro, pero me gustó mucho”.
Pidiéndole el nombre de su esposa iniciamos la charla.
- Se llama Birgitte y tenemos tres hijos, Thomas de 14 años de edad; Michael de 12 y Stephen de 10. Ellas cuatro son mi mundo íntimo.
Le preguntamos si buscaría el varón y nos respondió con una sonrisa: “No. Ya está bien...”.
El fútbol para Franz es naturalmente en estos momentos su mayor dedicación y cuando se aísla de su profesión tiene varios entretenimientos.
- Soy de Munich, la ciudad que más me gusta en el mundo y el lugar que elijo cuando tengo vacaciones. El entretenimiento que me agrada más que otro es el tenis, pero esto es muy prohibitivo por cuanto dispongo con poco tiempo.
Había que hablar algo de fútbol y Franz Beckenbauer opinó así:
- A los ocho años de edad comencé en el club 1906. Después subí los escalones de todos y en 1964 me alineé en la primera división del Munich. Dos años después conocí la función de líbero, que es la que más me gusta. Ahí uno no está esclavizado a un esquema fijo y además es ideal para quien tiene la iniciativa para crear juego. ¿La falta de jugadores ofensivos? Sí. Es un problema en todo el mundo. Cada vez hay menos delanteros”.