En el epicentro del bullicioso universo deportivo, el fútbol femenino ha irrumpido con fuerza, desafiando estereotipos arraigados y reclamando su merecido lugar en el escenario deportivo mundial. En esta incisiva exploración, nos sumergimos en el presente del fútbol femenino en nuestra provincia y el mundo, donde las protagonistas son las verdaderas artífices de su transformación.
El viernes se conmemoró el Día Internacional de la Mujer y, en charla con Los Andes, jugadoras, entrenadoras, dirigentes y referentes analizan la lucha transitada en esta disciplina. Comparten sus perspectivas, analizando con detenimiento la evolución que ha llevado a este fenómeno a nuevas alturas y señalando, con valentía, los desafíos que aún persisten.
Este relato no es solo una crónica de goles y tácticas; es un testimonio revelador que da voz a quienes lideran el camino hacia la equidad y la excelencia en el fútbol femenino.
En sus propias palabras, ellas nos narran la historia en constante evolución de un deporte que no solo está jugando el juego, sino redefiniendo las reglas.
Giuliana Díaz, actual presidenta de la Comisión Femenina de la Liga Mendocina de Fútbol y en el cargo desde hace cinco años, periodista y ex jugadora destaca un crecimiento significativo en la visibilidad del deporte en los últimos tiempos. Atribuye esto al trabajo de las instituciones y a la revolución de jugadoras, dirigentes y árbitras.
“Creo que la visibilidad en el fútbol femenino ha sido mayor en los últimos años y ha tenido mucho protagonismo por el trabajo claro de las instituciones, pero también por la rebeldía y la revolución de las mismas jugadoras, dirigentes y árbitras que han demostrado que el fútbol es para todos y no es solo de hombres”.
Silvana Villalobos, actual entrenadora de Gimnasia y Esgrima La Plata y una de las referentes del fútbol femenino de la provincia, con su histórica creación de Las Pumas, destaca que el Lobo platense “se encuentra muy por encima de otros clubes en Mendoza”. Menciona la infraestructura, recursos y condiciones similares a las del equipo de primera división masculino y que Gimnasia “cuenta con sponsors propios para el fútbol femenino”, aunque no son los mismos que los del masculino. Resalta la necesidad de más visibilización y señala la lucha por obtener espacios televisivos y mayor organización destacando “la falta de apoyo social” como un factor “crítico y lamentable”.
La popular “Colo” subraya la necesidad de que “los socios destinen tiempo al fútbol femenino para cambiar la percepción general y propiciar un cambio cultural”. Y por último, visualiza un futuro en el que “la aceptación social del fútbol femenino lleve a un mayor apoyo y patrocinio”. Señala ejemplos de estadios llenos (como Belgrano y Boca) y sugiere que un respaldo más constante generará mayor interés mediático y financiero.
Erica Encinas, actual DT de la Selección mendocina de futsal multicampeona y coordinadora de la rama femenina del Club Cementista, señala que “existen notables diferencias en las instalaciones para el fútbol femenino, indicando que muchas chicas no tienen el espacio y horario adecuado en los clubes”.
La popular “Eka” aboga por una mayor participación de las mujeres en roles dirigenciales y de toma de decisiones en el ámbito deportivo y que “no solo sea decorativa”. Además, resalta las dificultades y carencias en las competiciones femeninas a nivel nacional, desde la organización de fixtures hasta el tipo de canchas y estadios.
Encinas considera que el desafío futuro es “cambiar la mirada social y cultural, permitiendo que todas las personas, independientemente del género”, tengan las mismas posibilidades de crecimiento y participación en el deporte. Aboga por una “transformación profunda y progresiva”.
La voz de una de las primeras futbolistas mendocinas de exportación, María Gimena Blanco, no podía faltar. Comenzó su carrera en Las Pumas a los 12 años y recibió su primera convocatoria a la selección nacional a los 16. Jugó en River y disputó con la Selección Argentina (fútbol 11) los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Actualmente forma parte del plantel profesional de Gimnasia La Plata, donde es dirigida por Silvana Villalobos.
Blanco reconoce el avance en “la visibilidad del fútbol femenino gracias a la tecnología y los medios, aunque aún no alcanza el nivel del masculino. En cuanto a los recursos, marcan una “diferencia económica que influye en el rendimiento de las jugadoras”.
Expone la dificultad de equiparar los ingresos en el fútbol femenino y masculino, atribuyéndolo a diferencias físicas y de atracción del público. Y para ello, propone una idea a analizar: ”Implementar el fútbol mixto en las escuelitas hasta los 12 años sería importante para impulsar el desarrollo técnico de las nenas”, afirma.
Anita Ontiveros, jugadora de futsal del FSF Castro de España y de la Selección de fútbol de salón, resalta el creciente protagonismo de la rama femenina, con “salarios mejorados en el exterior que permiten a las jugadoras vivir de la disciplina”. Anita considera que hoy en día hay “más accesibilidad y menos barreras para las niñas que desean jugar fútbol”.
Por último, Verónica Cabrera, quien tiene la marca en Mendoza de mayor goleadora en torneos oficiales de once y referente en el futsal. La delantera aporta su deseo de igualdad. “Siempre hay avances y se están generando cambios. Pero falta hasta llegar a las condiciones que realmente se merece el femenino. Porque todos somos iguales”.
A todas ellas, feliz día de una lucha vigente por mejorar las condiciones.
Una realidad que se necesita cambiar ya
Es interesante observar la crítica de una madre de una jugadora del Club Cementista en Instagram, ante un posteo del club sobre la iniciativa de que los profes solicitarán las notas a jugadores en edad escolar y en base a ello determinarán si luego serán citados a los partidos. Y destaca la necesidad de que la dirigencia otorgue mayor prioridad al fútbol femenino en todas sus categorías.
Se queja de que las canchas están casi siempre sucias durante los partidos, y son las propias jugadoras o padres quienes deben encargarse de limpiarlas. Además, menciona que las chicas, a veces no tienen acceso a canchas para entrenar debido a la priorización de la rama masculina. Una constante en todos los clubes.
EL DATO: $ 203.500. Es el salario mínimo bruto de una jugadora profesional. Equivale a $164.835 en mano. Según la última actualización, el Salario Mínimo Vital y Móvil ascendió a: $202.800. En Mendoza, el fútbol femenino es amateur.
