Ayer, la delegación de Independiente Rivadavia fue interceptada en la ruta por un grupo de barrabravas. El violento ataque a dirigentes y jugadores, con golpes y amenazas, fueron causantes de las renuncias del presidente Carlos Castro y del entrenador Gabriel Gómez.
Tras los incidentes ocurridos en el viaje del plantel que ayer perdió por 2-1 frente a Rafaela, de visitantes, Castro y Gómez decidieron dar un paso al costado esta mañana, una vez que el equipo arribó al Bautista Gargantini acompañado de una fuerte custodia policial.
“Seguramente no siga, no tengo ganas de hablar”, dijo Castro a lo medios que aguardaron el arribo desde temprano.
Por su parte, varios jugadores tendrían las mismas intenciones, después del desagradable momento vivido ayer por los futbolistas y cuerpo técnico.
En el transcurso del día, la Comisión Directiva del club se reunirá con las partes para intentar declinar estas renuncias e intentar buscar soluciones y, sobre todo, tranquilidad, para dar vuelta la página, pensando en el próximo compromiso en casa, contra Brown de Puerto Madryn. Pero en el marco de hechos, donde hubo amenazas y habrían sido con un arma de fuego, se piensa que las renuncias seguirán su curso.
“No se que va a pasar, se hablaron muchas cosas en caliente pero hay que esperar. Te soy sincero, a nadie le gustan estas cosas”, dijo Sánchez en radio Nihuil.