Fecha tras fecha, sobre todo en el último Superclásico, las delegaciones amplias que los equipos llevan a los partidos son noticia, en un momento en el que los hinchas no pueden ir a las canchas y la situación sanitaria amenaza con complicarse nuevamente. Esta vez, en el duelo entre Godoy Cruz y River, otra vez se vieron tribunas llenas de gente, que hasta llevaron al árbitro Germán Delfino a pedirles que no griten durante el encuentro.
A los 12 minutos del primer tiempo, el árbitro detuvo el juego y se dirigió al veedor de la Liga Profesional, a quien le señaló las tribunas, aparentemente indicando que estaban gritando demasiado. Allí, la cámara mostró las plateas que estaban llenas de gente, superando a simple vista el límite de 120 personas para el local y 75 para el visitante impuesto por el protocolo.
En tiempos en los que la segunda ola de coronavirus amenaza con afectar al país y mientras el Ministerio de Salud, la Asociación del Fútbol Argentino y la Liga Profesional buscan acordar un protocolo para el retorno de los hinchas, imágenes como las de Mendoza seguramente ayudan poco a la causa.