Durísimo. Golpel al mentón y al corazón. Maipú tenía la gran chance de meterse en zona de Reducido. La presa era complicada: Quilmes de visitante. El Cervecero tenía el mismo objetivo: sumar los tres puntos para asegurar su clasificación. Y fue el dueño de casa que entendió todo a la perfección. Porque lo jugó con una verdadera final. Sufrió al principio porque el Cruzado lo presionó arriba y lo ahogó. Sin embargo, pasó el sacudón y con paciencia empezó a dominar las acciones. Sobre el final del primer tiempo, descuido en la última línea de Maipú, apareció Herrera y con un cabezazo fulminante, venció a Sebastián Sosa , rompió el arco, la paridad y definió el partido.
¿El partido? Totalmente porque el Súper Depor se desvaneció desde lo anímico. Nunca más pudo estar en juego. En el segundo tiempo, Quilmes apabulló a un Maipú totalmente herido, anémico, sin reacción alguna ni rebeldía. Por esta razón, no extrañó el 3-0 final, porque el dueño de casa aumentó con tantos de Parisi y Capano. La actuación de Maipú fue una verdadera decepción. Y quedó muy lejos de lograr su objetivo: meterse en el Reducido y pelear por el segundo ascenso a la Liga Profesional.
En la próxima fecha (37), Maipú recibirá el domingo 20 de octubre desde las 17 a Talleres de Remedio de Escaladas. Las matemáticas aún le permiten soñar con una combinación de resultados para que se meta entre los 8 mejores de las zona B. Sin embargo, el Cruzado hace 4 fechas que no gana (tres empates y una derrota). Hoy, el Botellero ocupa el 10° escalón con 47 puntos. Y está a 4 puntos del último boleto a la próxima fase. No queda otra opción: ganar los dos partidos restantes y rezar.