Paola Gimena Muñoz Valdéz es una de las pioneras en el arbitraje de futsal y vale la pena destacar su historia. Pero su particularidad –además- es que la jueza de 32 años es hija de un reconocido árbitro mendocino, Aldo Muñoz, quien en su momento puso su nombre en lo alto de la historia del arbitraje local y nacional, al ser el primer mendocino que dirigió en un torneo de AFA. Fue en el choque de Independiente – River, por la decimotercera fecha del Torneo Clausura ’92. Posteriormente, dirigió encuentros de Primera y B Nacional.
Paola, por su parte, jugó al futsal de pivote, en Palmira, Nicolás Ojeda y finalmente en Cementista, y debutó como aspirante de árbitro en un partido de infantiles masculino, en el Apertura 2019. Desde entonces, que encontró su pasión sabiendo que corre por sus venas y disfruta disfruta como lo hacía su papá. De allí que los recuerdos y las emociones cuando se refiere a Aldo, lo muestra con la admiración a flor de piel.
“Particularmente siento que el arbitrar fue heredado. Tengo permanentemente el instinto de actuar como si hicieran mil años que dirijo. Mi papá me transmitió el amor y la pasión por esta profesión. Recuerdo muy poco de su desempeño porque yo era muy chica. Pero sí me acuerdo claramente un torneo que dirigió de Profesionales, en el cual dirigía y yo era la planillera (sonríe). Amaba verlo dirigir, amaba que se hiciera respetar y amaba que la mayoría de los jugadores y miembros de los cuerpos técnicos lo felicitaran al finalizar los partidos, se me inflaba el pecho de orgullo”, confió la jueza, quien debutó oficialmente como árbitros en el encuentro pasado entre Villa Hipódromo y Murialdo, de C20 masculino.
Aldo Muñoz fue elogiado por grandes figuras del fútbol de Primera división de AFA. Una anécdota contada por el mismo Aldo, en diario Los Andes, reafirma lo que contó su hija,
“Los jugadores se portaron bien. Al primero que le saqué la amarilla fue a Bianco. En un momento sentí que un jugador, que creo que era Astrada, le dijo a otro a espaldas mías: ‘Ojo que este sabe’. Entonces ahí me agrandé. Cuando terminó el partido aplaudieron desde los cuatro costados. Es cierto que los jugadores colaboraron en la parte disciplinaria, y gracias a Dios me salió todo bien. El veedor de ese partido, que fue Carlos Coradina, me puso un diez. Y de ahí los diarios me pusieron nueve, ocho y siete, que fue la calificación más baja”, sostuvo en una entrevista publicada por este medio el 17 de mayo de 2019 .
Por su parte, Paola quiere ser “parecida a él”, confesó la árbitro.
Y agregó: “Las sensaciones son parecidas, por ser árbitro las experimentas de igual manera, sea el deporte que sea. Es inevitable no rabear porque siempre va haber algo que para el jugador está mal cobrado. Lo que sí, no soy de quejarme. Al contrario, soy de sonreír y divertirme porque disfruto ésto tanto como él lo hacía”.
-¿Te vio dirigir alguna vez?
-Si lo hizo, pero pocas veces porque yo prefiero que no vaya. Y explico el por qué: “Una vez estaba dirigiendo como monitora y él estaba en la tribuna. Cuando finaliza el primer tiempo se acerca mi compañera y me dice: “hay un hombre que está sentado en la tribuna y está dele quejarse y gritando que cobremos bien. Si sigue hablando deberíamos llamarle la atención a la capitana del equipo, pero no sé a qué hinchada pertenece”. Cuando me señala al supuesto molesto, era mi papá. Yo ni bien me lo señalo me empecé a reír y lo fui a retar. Siempre fue muy jodón y en esa oportunidad no dejó de serlo. De todas maneras, después de finalizar el encuentro me dio un par de tips. Nunca deja la docencia de lado.
-¿Por qué elegiste ser árbitro?
-Elegí ser árbitro porque me encanta la idea de ser la responsable de formar y corregir a los jugadores y jugadoras que aman tanto este deporte como lo amo yo. Soy el típico caso de la persona que cuelga los botines pero que de alguna u otra forma quiere seguir estando, y qué mejor que haciendo algo que me fascina tanto.
Paola comenzó a dirigir como monitora en el 2018, dando sus primeros pasos en el arbitraje. Lo hizo para las categorías inferiores femeninos y luego se enamoró de esta profesión. En febrero del 2019 arrancó el curso oficial de árbitros en Fefusa para dirigir luego varios partidos amistosos y del torneo. A a principios del 2020 quiso repetir el curso, que por la pandemia se vio interrumpido. Sin embargo, en plena cuarentena se capacitó en un curso que se llevó a cabo a nivel Nacional en forma virtual, aportándole a sus conocimientos.
“Gracias a la suma de todo esto, hoy soy parte de la Asociación Mendocina de Árbitros de Fútbol de Salón. No tengo un título, pero poco a poco fui ganando este lugar y pretendo seguir aprendiendo y creciendo con el apoyo que recibo a diario de mis compañeros”, confió.
-¿Te proyectás para tenerlo?
- Tengo varios proyectos en mi mente y uno de ellos es llegar lo más alto que se pueda en esto del arbitraje. Vamos a intentar cumplir con todos estos proyectos de la mejor manera posible. Mi meta no es llegar por llegar, mi meta es llegar porque realmente lo merezca.
-¿Te gustaría dirigir en el fútbol de once?
-No es que no me guste, sinceramente no me llama la atención. Mi papá me insiste para que dirija en fútbol de once, pero yo elijo el futsal.
-¿Y algún torneo internacional?
-Me encantaría, pero estamos hablando de sueños que se cumplen con mucho esfuerzo, yo recién estoy empezando. Vamos a ver qué pasa en el futuro.
-¿Por qué hay pocas mujeres dirigiendo en Mendoza?
-Hay varias monitoras y actualmente somos tres mujeres árbitros. Pero en años anteriores era muy difícil como mujer entrar en una profesión que siempre fue desempeñada solo por hombres. Es como en cualquier profesión que tiene el estereotipo de ser realizada solo por varones. Pienso que, a lo mejor, son muchas chicas que les gustaría ser árbitro de futsal, pero que no veían abiertas las puertas para entrar.
-¿Qué consejos te gustaría darles?
-Decirles que nunca dejen de luchar por lo que quieren lograr, que nunca dejen de aprender para crecer con fundamentos y que la que quiera sumarse a esta profesión, que vaya a la Federación porque van a ser escuchadas y que podrán entrar porque las puertas ya se abrieron.