“Un verdadero amante del fútbol jamás se rinde ante un resultado adverso, sabe que siempre habrá revancha”. La frase no pertenece a nuestro protagonista, pero pinta de cuerpo entero lo que vivió meses atrás Cristian Aracena. Y más aún aquello de que cuando se ama al fútbol y se lo puede vivir con pasión, todos los problemas desaparecen. Si bien ese ímpetu por seguir su carrera en otro lado estuvo latente, el Pity quería quedarse más allá de que la decisión de Marcelo Straccia era prescindir de sus servicios. Se lo vinculó con Huracán Las Heras para el Torneo Federal A, pero el arquero sentía que aún le podía seguir dando más a su “casa” como supo identificarse con los colores de Independiente Rivadavia.
Aquella determinación del exDT había sacudido al Mundo Lepra. Pero Aracena se mantuvo tranquilo y, beneficiado también por la llegada de Gabriel Gómez a la dirección técnica del plantel profesional, el popular Pity arrancó de cero y en la tarde del lunes tuvo su revancha, aunque la misma llegó por la desafortunada lesión de Damián Cebreiro.
Más allá de esa situación, Aracena volvió a atajar y fue el hombre más esperado cuando el árbitro Ramiro López sentenció el triunfo Azul, 4 a 3, obre San Telmo. “Agradecido por la oportunidad. La verdad que no me lo esperaba. Cuesta entrar cuando sos arquero, pero cuando se dio la posibilidad, se me vinieron a la cabeza un montón de situaciones que estuve pasando en los últimos tiempos. De estar afuera de todo y no saber qué iba a pasar con mi carrera, a volver a jugar con Independiente. Tener la posibilidad de entrar y de disfrutarlo (con este triunfo), me emociona. Este club es mi casa. Ponerme esta camiseta me va a hacer feliz siempre”, dijo cuando enfrentó los micrófonos.
El Pity se sabe idolatrado, pero explicó lo que sintió cuando se le comunicó que ingresaba por Cebreiro. “Fue difícil y preocupa la lesión de Damián. Por suerte me tocó entrar y pudimos sostener el partido. Terminar como se terminó es bueno en lo anímico, hacía mucho que no se ganaba acá, es una alegría especial”.
Tiempo de revancha. “Seguro que lo es. No tenía nada que aclarar en su momento, cuando me habían comunicado que no seguía. Preferí quedarme callado en lugar de ensuciar al club. Siempre la institución está golpeada y traté de cuidarla de esa manera, desde el silencio. Entraba al club y no podía pisar la cancha, eso me ponía mal. Cuando me tocó ingresar fue algo muy lindo”.
¿Qué cambió con la llegada de Gómez?. “Cuando su nombre entró en consideración luego de la renuncia del ex técnico (Marcelo_Straccia), me hizo repensar mucho mi destino. Cuando Gabriel me dijo que me iba a tener en cuenta, sin dudas que mi respuesta fue que estaba a disposición. Él nos marcó un camino, vivimos cosas importantes hace unos años, sobre todo desde el trabajo. La verdad que estoy agradecido porque estaba viviendo una situación delicada.
El nivel de Independiente. “Veo al equipo en crecimiento. El rival que tuvimos (San Telmo) mostró mucho ritmo, venía con rodaje porque si bien estuvo en otra categoría, se notaba su trabajo. Nosotros tenemos que seguir mejorando. Estamos en una etapa nueva de transición, porque son ideas nuevas, con un técnico que trae su metodología. Pudimos sacar un resultado positivo, pero debemos tener los pies sobre la tierra”.
La peleó, la sufrió, la remó, y todo valió la pena, porque no hay que olvidar que el fútbol siempre da revancha y nadie la merecía más que Cristian Aracena, el N°1 de la Lepra, el ídolo que se fue unos días y volvió para quedarse.