Copa Argentina, pasión de mutitudes. Despierta una energía única en cada rincón del país. Es que la posibilidad de ver fútbol de primer nivel en cualquier provincia del país, es una oportunidad única. Y cada vez que juegan Boca o River en el interior queda demostrado. Anoche no fue la excepción. El estadio Malvinas Argentinas se vistió de gala para recibir una vez un espectáculo de primer nivel. Cerca de 40 mil personas intentaron disfrutaron una fiesta única. Y un verdadero partidazo que depositó a Boca en semifinales al derrotar por 3-2 a Quilmes, equipo que milita en la Primera Nacional.
Sin embargo, una vez más los violentos ganaron. Opacaron todo. Durante 20 minutos, fueron amo y señor del estadio. Inentendible. Y no fue toda la gente de Quilmes. Fueron unos 30 o 40 revoltosos que destrozaron un sector de la platea cubierta. La Policía de Mendoza tardó varios minutos en actuar. Tras el gol de Mariana Pavone que significó el descuento para Quilmes (3-2), de inmediato, hinchas cerveceros ubicados en la popular Sur, comenzaron a agredir con proyectiles a los hinchas de Boca ubicados en la platea cubierta. Miles de familias mendocinas disfrutaban la fiesta y de repente, escenas de violencias, terror, sangre, proyectiles y amenazas. LAMENTABLE.
Luego de 20 minutos de incertidumbre y miedo, la Policía de Mendoza, logró controlar la situación y el juego continuó hasta el silbatazo final. Se empañó la fiesta de los mendocinos. La Provincia se preparó una vez más para recibir un espectáculo de esta índole. El ingreso por el sector Norte, destinados a los hinchas de Boca, estuvo muy bien organizado, muchos efectivos con una gran predisposición para cuidar y asistir a mujeres, abuelos y niños principalmente. Pero, el barrabrava nunca te deja de sorprender. La parcialidad de Quilmes ingresó al estadio 30 minutos más tarde y su objetivo era parar el encuentro. Estaba planificado. Aparentemente, la seguridad de Mendoza tuvo retenido a siete colectivos de hinchas quilmeños en zonas aledañas al estadio. Ingresaron a la tribuna 30 minutos más tarde y quisieron pasar factura y lo lograron.
La fiesta de la Copa Argentina quedó mancha por la violentos. Ojalá no pisen más una cancha de fútbol. La verdadera familia del deporte, ¡se los pide por favor!