El clásico del fútbol mendocino se tiene que jugar en Mendoza. En nuestro estadio. No cabe otra opción. Es una oportunidad única para demostrar que los violentos no tienen más lugar en el fútbol. Tiene que ser una fiesta. Un encuentro único. Inolvidable.
Consulta… ¿Qué hincha del Lobo no tiene un amigo íntimo fanático de la Lepra? O viceversa, qué simpatizante del Azul, no tiene un amigo con los colores Blanquinegro. Recuperemos las raíces de nuestro fútbol. Nuestro folclore. Si el Víctor (Legrotaglie), máximo ídolo de la institución Mensana supo ponerse y defender los colores Azules o el Gringo Mémoli, ídolo y máximo caudillo de la historia Azul, defendió los colores del Lobo, cómo no vamos a poder compartir un estadio con ambas parcialidades. Insisto, este clásico por los 32°avos de final de la Copa Argentina, se tiene que jugar en el estadio Malvinas Argentinas.
Y para que este partido se pueda disputar en Mendoza tiene que existir un compromiso concreto de todas las partes involucradas: jugadores, directivos, seguridad, voluntad política, Policía de Mendoza y el principal, el compromiso de los hinchas. El verdadero hincha. El socio. El que sueña con volver a la cancha con sus hijos, sus padres, sus amigos.
Basta de convertir en ídolos y héroes a aquellos personajes que arruinaron lo más lindo de nuestro fútbol: la sana competencia, el folclore, el espectáculo. Esos personajes que te venden las entradas más barata, esos personajes que te revenden las camisetas de utilería del club o las que le sacan a los jugadores. El dueño del estacionamiento. El que se roba una bandera y nosotros lo gritamos más fuerte que un gol. ¡Basta por favor! No tienen más cabida en el fútbol argentino. Por favor, no alimentemos su negocio sucio.
Restan más de 30 días para que se realice este partido. En el mes de febrero de 2018, se jugó una Supercopa Argentina entre River y Boca en el estadio Malvinas Argentinas con 40 mil personas. Mendoza, ¿está capacitado para albergar un partido entre Gimnasia e Independiente? Por supuesto. Ya se demostró que se puede jugar en nuestro estadio.
Por ejemplo: popular Norte y media platea destechada (sector noroeste) para la parcialidad del Lobo. Popular Sur y media platea techada (sector suroeste) para los hinchas Azules. Pulmones amplios con seguridad pública y privada. Y lo principal, un trabajo de concientización para el público en general. El verdadero hincha es el que alienta, sufre y goza con su equipo. No el que le hace daño al rival o su compañero de tribuna. Recuperemos lo nuestro.
Por estas razones, el clásico de Mendoza entre Independiente Rivadavia y Gimnasia y Esgrima por los 32°avos de final de la Copa Argentina, se tiene que jugar en el estadio Malvinas Argentinas. Ojo, estamos a tiempo. No vaya ser que juegue un martes a las 13.30 en el hermoso estadio Padre Ernesto Martearena de la provincia de Salta. Desde la organización de AFA, se puede esperar cualquier sorpresa.