Barracas Central y Tigres jugarán finalmente este lunes a las 21.10 la final por el ascenso directo a la Liga Profesional de Fútbol, después de tire y afloje sobre la sede de dicho duelo y las dudas del Matador sobre las garantías de igualdad de condiciones y cantidad de público de ambas parcialidades. Y como lo anunció la institución barraqueña, tras conversación en estas últimas horas, ambas entidades acordaron jugar en Banfield, cancha definida en primera instancia.
La discusión surgió después de que Aprevide autorizó habilitar solo 6.500 entradas para cada equipo y el club de Victoria lo rechazó rotundamente. Luego se propuso el estadio de Lanús, para poder recibir a sus hinchas y socios (unos 12.500 aproximadamente) y quedó en evaluación.
Según informa Olé, en las primeras horas de este sábado, el presidente del Matador, Ezequiel Melaraña, llegó a un acuerdo con las autoridades para que se pongan a disposición unos 12.000 tickets para sus hinchas y cuando se agoten, que haya más a disposición. Mientras, el equipo de Chiqui Tapia contará con unos 6.500 espectadores previstas como en un principio.
La discusión surgió este viernes, con el rechazo de Tigre a firmar el acta para el enfrentamiento con Barracas en Banfield, argumentando que “no están dadas las condiciones para que todos nuestros socios e hinchas puedan disfrutar de una final como se merecen”. Y pedía con la habilitación de 20 mil entradas.
Tras la reunión, el ideal para la dirigencia del Taladro pasó a ser menos, accediendo a bajar a 12 mil para dar por finalizado el conflicto y confirmar el juego para el lunes, evitando una reprogramación.