Chaco For Ever, uno de los clubes más populares y grandes del interior del país volvió este domingo a los primeros planos del fútbol nacional al ascender a la segunda categoría del fútbol argentino, de la que fue campeón en 1989 para jugar en primera división hasta 1991.
Pasaron 30 años desde que los chaqueños se despidieron de la máxima categoría del fútbol argentino y 10 después su progresiva caída institucional y consecuentemente deportiva lo llevaron a una intervención forzada para evitar una quiebra inminente que coincidió con el descenso de la B Nacional en 1998. Esta quiebra se extendió desde 2001 hasta 2010.
Recién después de una década el Albinegro que debe sus colores a Estudiantes de Caseros empezó a recomponerse y desde la ausencia absoluta en las principales competiciones nacionales pudo retornar al Torneo Argentino (hoy Federal A) en 2013.
El nombre “Nacional” es el que más encaja con los buenos momentos de la historia de este club fundado el 27 de julio de 1913 como un desprendimiento de su hoy clásico rival, Sarmiento de Resistencia, que había sido creado tres años antes.
Chaco For Ever tuvo activa participación en los viejos campeonatos nacionales que se jugaban en la última parte del año como complemento de los metropolitanos, para completar el año calendario de las temporadas de primera división.
Belgrano, Talleres y Racing de Córdoba, Desamparados de San Juan, Cipolletti de Río Negro, Gimnasia y Esgrima y San Martín de Mendoza, Guaraní Antonio Franco, de Misiones, Huracán de Comodoro Rivadavia y Juventud Antoniana, de Salta, entre más, eran los que por entonces tenían una más profusa participación en aquellos Nacionales de primera división.
Hoy, al vencer en la final del Reducido del Federal A a otro equipo de fuste del NOA como Gimnasia y Tiro, de Salta, los chaqueños están nuevamente a un paso de primera división, como aquella vez de 1989 cuando en la última fecha vencieron a Lanús, que le llevaba un punto, por 1 a 0, para dar ese salto hacia un sueño que duró tres años y que desde hoy, de la mano de un técnico como Daniel Cravero, histórico del club, quiere reverdecer.