“Nena, en AFA, mujeres nunca va a haber. Si querés ser dirigente, sentate y yo te formo”, le dijo el expresidente Julio Grondona a Carolina García, en una de las tantas reuniones que tuvieron antes de su muerte. Hoy ella es unas de las máximas referentes de la pata comercial del deporte más popular del país.
Carolina nació en Villa Mercedes, San Luis, hace 56 años. Es hija única, a los 18 se fue a Buenos Aires a estudiar Traductorado de Inglés y se recibió. En su ciudad natal ya no están sus padres, pero sí varios parientes que la mantienen al tanto de todo lo que pasa. “Es la tierra que siempre añoro”, le contó a Mundo D.
Es hincha fanática de Boca, aunque su padre era de Racing. El fútbol lo empezó a amar desde una radio en su casa cada vez que jugaba el Xeneize. La pasión nunca le faltó, pero su vida laboral la llevaba por otros rumbos. Tampoco nunca lo había jugado.
“En el ’97, más o menos, un amigo de Villa Mercedes obtiene los derechos para empezar a vender el patrocinio de la Copa Libertadores. En ese momento no los tenía una empresa, sino que los comprabas partido a partido y vendías el espacio. Por eso es patrocinio, un poco más que la publicidad”, contó sobre SV Group.
“Él no sabía inglés y, como a mi me gustaba el fútbol, me preguntó si me gustaba la idea. Yo venía de trabajar en la minera Alumbrera en la parte de compras. Yo no sabía vender, lo que sabía era comprar. Estaba acostumbrada a tener la plata en el bolsillo y a regatear con los proveedores. Me costó mucho, pero empecé. A los 15 días le dije que quería dejar. En un patrocinio hablamos de millones de dólares, no es que era algo chiquito. Le dije que no servía, que la venta no era lo mío”, recuerda.
Carolina es madre de Gastón (35) y Melody (22), es abuela y en 2013 venció al cáncer. Se fue haciendo camino al andar en un ámbito donde la dominaba la pasión, pero la abrumaba el desconocimiento. Hasta que le dijeron algo que fue un punto de partida para convertirse en quien mejor vende el fútbol en nuestro país.
“Mi amigo me dijo algo que fue el click. Me dijo que si yo estuve del otro lado, conozco cómo piensa un comprador, que le busque la vuelta y lo use a mi favor. Sentí cómo si me hubieran dado la fórmula. Desde ahí me convertí en una gran vendedora. Siempre digo que yo te vendo un buzón frente al Correo Argentino (se ríe). Lo último groso que vendí fue el naming de la Copa Argentina 2020. Es un torneo federal y eso ayuda mucho. A la marca lo que le importa es vender”, sostuvo.
De a poco se fue haciendo un nombre dentro de las ventas de patrocinio del torneo continental más importante y, a cada paso, se ponía desafíos más complicados. Entre 2006 y 2007 logró, según su criterio, el patrocinio más impensado de su carrera.
“No te lo voy a hacer en cuanto a plata, sino por el valor de desafío que tuvo. Fue Goodyear, la empresa de neumáticos. Su perfil es el automovilismo, el ‘tuerca’. Tuve la suerte de que el presidente de Goodyear Argentina era muy hincha de Boca, brasileño. Yo iba con mi carpeta y él me decía que su target no tenía que ver con el fútbol. Yo lo intentaba convencer de que el automovilismo es un nicho y el fútbol es algo macro. Es más común que a un ‘tuerca’ le guste el fútbol y no al revés. Llevar al futbolero del otro lado es más difícil. Y así lo terminé metiendo como sponsor de la Copa Libertadores”, cuenta orgullosa.
El mismo presidente le pidió un presupuesto para estar en la manga de la camiseta de Boca y la dirigencia le respondió en un principio que no eran un clasificado del diario del domingo. Finalmente, y por varios años, Goodyear fue sponsor de Boca gracias al nexo de Carolina.
AFA y Grondona
Carolina se considera una persona inquieta, inconformista y con visión para encontrar el negocio donde otros sólo ven pérdida de tiempo. Tras 15 años involucrada en la Copa Libertadores y siendo exitosa en ese rubro, algo la movilizó a ir más allá, a buscar nuevos horizontes en donde desembarcar con todo su talento.
En 2012 asistió a una feria de fútbol en Brasil, representando a Matías Almeyda, quien le había pedido que diera a conocer su centro deportivo Buenos Aires Football. El ahora entrenador esperaba que Carolina se o ofreciera a diferentes equipos o selecciones como lugar de entrenamiento o residencia para una pretemporada.
“Me había hecho un itinerario de los clientes a los que iba a ver, pero siempre tenía un tiempo. Me puse a ver qué charlas interesantes había y leí sobre esta mujer, Tatjana Haenni, y me inscribí. A mí, en ese momento, me estaba picando el bichito de ser dirigente. Pero ahí noté la diferencia entre el hombre y la mujer. El hombre termina su trabajo y puede ir al club a cumplir su rol dirigencial. Las mujeres llegamos y tenemos otro trabajo. Yo soy mamá y estoy sola. Tenía, por ejemplo, que hacerles de comer a mis hijas. Así que ese sueño quedó para otra vida”, recordó.
“Le escribí a Tatjana, suiza ella, y me senté a escuchar a la mujer que manejaba el fútbol femenino de la Fifa. Quedé sorprendida por todo y me dije a mí misma que ahí había un negocio. Yo lo desconocía y te hablo de 2012, no de la prehistoria. Ahí te das cuenta, estando en el mundo del fútbol, lo poco que se hablaba del femenino”, añadió.
Cuando terminó la charla, se presentaron personalmente, intercambiaron direcciones de e-mail, teléfonos y quedaron en seguir en contacto para trabajar juntas. Con esa información en el bolsillo, el siguiente paso de Carolina era ir a la Asociación del Fútbol Argentino y contar todo lo que podía hacerse.
“Con todo lo que había visto, volví a AFA y quien manejaba la disciplina era Salvador Stumbo. Ahí me di cuenta por qué yo nunca había escuchado nada. Era porque no existía. Hablé con él y me dijo: ‘El fútbol femenino es lo que ves’. De ahí me reuní con mucha gente, desde gente de Deportes de la Nación hasta la presidenta Cristina Fernández. Yo quería más, quería organizar una Copa Federal. Stumbo me dijo que tenía que hablar con Julio Grondona”, aseguró.
“Iba una vez por mes a verlo, hasta me junté en su casa. Recuerdo que me decía: ‘Nena, en AFA mujeres nunca va a haber. Si querés ser dirigente, sentate y yo te formo’. Tanto le insistí que me dijo que si le hacía un enlace con el Gobierno, algo podíamos armar. Lo senté en la mesa a Carlos ‘Camau’ Espínola. Luego se murió Don Julio y todo quedó en la nada. Sé que si él seguía vivo, íbamos a hacer la Copa Federal”, lamentó Carolina.
Llegar a la Fifa
Su estrecha relación con Tatjana Haenni le permitió abrir caminos antes insospechados. Fue un paso sin vuelta atrás hacia el fútbol femenino que hoy le permite ser encargada del Capítulo de Deportes de All Ladies League (ALL), una cámara internacional que reúne a más de 1.500.000 mujeres en 150 países.
“Con Tatjana, hablábamos mucho de la realidad del fútbol femenino, pero yo le dije que lo mío era el masculino. Me respondió que me iba a formar y que en unos años iba a ser la referente del fútbol femenino en Argentina. Ella me decía que ‘motivar es invertir’, y ella invirtió en mí”, contó.
En el 2014, y tras dos años de aprender sobre la disciplina, desde la Fifa la nombran como parte del grupo de trabajo en uno de los estadios del Mundial Femenino sub 17 que se disputó en Costa Rica. “Ahí pude ver todo in situ y me dije que tenía que seguir. Mis hijas me preguntaban para qué”.
En 2015 comienza el despegue de su carrera trabajando por el fútbol femenino, con el lema “Nivelar la cancha” como motor principal de cada una de sus acciones. En 2016 organizó el primer Congreso Latinoamericano de Liderazgo de la Mujer en el Deporte y en enero de 2018, en Pinamar, la primera clínica de fútbol femenino.
“Hablé con el intendente, buscamos sponsors, encontramos un parador. Ahí me dije que tenía que mostrar mujeres jugando al fútbol, así que llevé jugadoras de River y Boca. Muy generosas ellas. Las subí en auto, las llevé y las traje. Les dije que no tenía plata pero ellas se sumaron sin problemas”, rememora con agradecimiento.
García trabaja codo a codo con otra argentina, Lina Anllo, una abogada especialista en Cumplimiento que lidera Women Economic Forum, el foro creado por ALL en Argentina. Entre ambas generaron una agenda durante la pandemia llenó las redes de charlas virtuales con la mujer en el centro.
Si bien tiene buena relación con el actual presidente de AFA, Claudio Tapia, no es lo mismo que con Don Julio. “Está todo bien con ‘el Chiqui’, pero no tengo la misma relación que con Grondona. Todavía no veo que Tapia sea el presidente de la igualdad de género, como dice, pero sí tiene buena voluntad. Está rodeado de gente que le da empuje al femenino. No soy una persona conformista, pero sí comparo lo de Stumbo y lo de ahora, se hizo bastante. Antes era la nada misma”, afirmó.
Este texto fue publicado originalmente por La Voz. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.