Cuando sonó el pitazo que decretaba el empate 1-1 entre Talleres de Córdoba e Independiente Rivadavia, en todo el mundo Lepra apareció una sensación de alivio por el punto conseguido. Muy lejos de la conformidad, lo cierto es que hubo cambios oportunos que invitan a creer.
Para empezar hay que remarcar el contexto: el Azul perdió la mayoría de lo que jugó en la Copa de la Liga, está en descenso directo y puertas adentro las cosas no están bien. Pero se vio una luz al final del túnel.
Con muchas modificaciones respecto del equipo que cayó ante Banfield, Independiente Rivadavia se presentó en La Docta obligado a sumar. Porque una nueva derrota hubiese provocado una implosión. De la mano de Ham, Reali y Castro, principalmente, los del Parque mostraron otra actitud, otro orden y otra idea para la continuidad del DT Martín Cicotello.
Monllor reemplazó en el arco a Marinelli, que tuvo que pagar las consecuencias de los resultados más allá de que su labor en la Copa de la Liga no ha sido mala. Todo lo contrario. Pagan justos por pecadores, pero es así. Monllor tuvo responsabilidad directa en el gol de Bou, pero redondeó un buen partido. Seguirá bajo los tres palos.
En defensa, Palacios se afianza, Ruiz Díaz y Dionisio también. Ostchega no desentona y todos parecen haberse ganado un lugar, pero todo está por verse. Porque mandan los resultados, esos que aún no llegan del todo.
Reali sigue siendo el mejor. Ham es re contra titular y Castro demostró en un par de partidos que la Primera división no le pesa para nada. Pero la Lepra debe meter más pelotas en el arco contrario, obligatoriamente. Lo decimos semana a semana: el elenco mendocino produce, a pesar de todo. Pero la efectividad en la red contraria no es ni por asomo lo que debiera ser.
Lo bueno, también, es que se vio un equipo más compacto, no tan largo. Con dos líneas de 4 sin mucha distancia, el funcionamiento mejoró. Algo, pero mejoró.
Será buena la vuelta de Asenjo, aún en recuperación de una lesión. Y tendrán que ser buenas las incorporaciones en el receso para que el sueño de la permanencia tome forma y volumen.
Con Franco Di Santo afuera del equipo, un poco por su bajo rendimiento y otro poco por una pelea con un dirigente, habrá que ir a buscar a un 9 que esté a la altura. Mientras el equipo se la jugaba en Córdoba, Di Santo volaba a Rosario... ¿qué habrá ido a hacer?
Ante el duro Vélez, Independiente Rivadavia cerrará anre su gente la floja performance en esta liga copera. Tiene que ser con una victoria para que el ánimo siga en ascenso ya con la cabeza puesta en el segundo semestre, que será durísimo.