Los episodios de violencia no cesan en la Liga Mendocina de Fútbol. El fin de semana pasado estuvo signado por la gran cantidad de partidos en los que hubo serios incidentes, como en el clásico Beltrán-Rodeo del Medio y también en Rodeo de la Cruz, donde el DT de Palmira, Javier Villaseca, sufrió agresiones por parte de hinchas de Guaymallén.
Este domingo, en el marco de la primera fecha de la Zona Campeonato, Guaymallén y CEC jugaban a puertas cerradas en la cancha de Fray Luis Beltrán cuando promediando el complemento se produjo un episodio tan lamentable como repudiable. Es que el delantero y capitán del CEC, Lucas González, le aplicó un terrible golpe de puño al marcador central de Guaymallén, Jonathan Ramírez.
El triste episodio se produjo a los 23′ luego de que ambos futbolistas fueran expulsados por el árbitro Jorge Etem, quien les mostró la roja a instancias del asistente Javier Espinoza tras haberse agredido físicamente durante una jugada del partido.
González estaba “sacado” desde el primer tiempo. Sobre el final de la etapa cruzó insultos con los allegados de Guaymallén y también tuvo un intercambio de palabras con los jugadores suplentes del “Cacique” y con el DT Rubén Masman. Hasta que David Pizarro intervino para calmarlo y se fueron al descanso.
En el segundo tiempo, cuando se jugaban aproximadamente 20 minutos, González fue víctima de una falta (puntapié en la frente) que el juez no sancionó. Acto seguido, se produjo una fuerte discusión entre el futbolista y los defensores de Guaymallén, incluido Ramírez, quien le aplicó un codazo cuando González lo fue a buscar abajo en una jugada en la mitad de la cancha.
Según se supo, el informe de Etem será riguroso y el experimentado futbolista del CEC recibiría una dura sanción deportiva. Lamentablemente, los hechos de violencia no cesan en nuestro fútbol. Y cuando en el Consejo Directivo de la Liga se discute si se debe jugar lo que resta a puertas cerradas, esta vez fueron los protagonistas los encargados de arruinar el espectáculo.