Cuando el fútbol vistoso, contundente y goleador no aparece, los nombres propios marcan la diferencia. Una ventaja que Bayern Munich le hace notar a sus rivales en cada uno de los partidos. En este caso y sin haber desplegado su mejor versión futbolística, el conjunto bávaro derrotó 1-0 a Werder Bremen con gol de Robert Lewandowski y, con este resultado, se consagró campeón de la Bundesliga por octava temporada consecutiva.
Restan dos para el cierre del torneo. Sin embargo, Bayern Munich hace parecer fácil lo difícil. De hecho, ganó los siete encuentros del torneo que disputó desde el regreso a la actividad tras el parón de dos meses a causa del coronavirus. Una efectividad del 100 por ciento. No obstante, continuaron con la racha positiva que comenzó antes de la pandemia dado que no caen desde el 07 de diciembre ante Borussia Mönchengladbach (1-2 en aquella ocasión) e incluso sumaron 52 de los últimos 54. Números surreales.
En su visita a Bremen, que está cada vez más complicado en su lucha por mantener la categoría, el Bayern no brilló. Sin embargo, supo golpear en los momentos justos y aguantar cuando el panorama podía complicarse. Tanto es así que antes del tanto del polaco (gran asistencia de Jerome Boateng) su adversario le generó dos situaciones de peligro que Manuel Neuer y la defensa supieron evitar.
Más allá de eso, no bien metieron el primero, el clima mutó rotundamente: apareció la tranquilidad, el doble mediocentro con Joshua Kimmich - Leon Goretzka controló el balón y los delanteros se comprometieren aún más con la recuperación de la pelota. De todos modos, el canadiense Davies, una de las revelaciones del campeonato, se fue expulsado por haber recibido dos tarjetas amarillas (la primera era roja, aunque el VAR decidió mirar para otro lado). Aunque, a falta de un minuto para el pitido final, Neuer tuvo una atajada magnífica que valió el título.
Párrafo aparte para Lewandowski. Siempre que lo llamaron, el delantero respondió con goles. Con su tanto de esta jornada, llegó al 45 de la temporada y el 31 en el certamen doméstico (récord personal). Además, 14 veces abrió el resultado del cotejo. Y eso que le anularon un golazo de taco por offside de un compañero.
Con las tribunas vacías y a más de 760 kilómetros de distancia de Munich, el Bayern se subió, otra vez, a lo más alto del podio. El típico baño de cerveza deberá esperar, mientras tanto el plantel ya empezó a festejar.
