En Cataluña terminó de estallar la bomba. Josep Bartomeu dejó de ser el presidente del Barcelona. El hombre que no dejó salir a Lionel Messi, este martes presentó la renuncia ante una junta directiva de urgencia. La propuesta de la dimisión fue aprobada sin discusión por el resto de la comisión.
Allí, tanto Bartomeu como toda su junta directiva dejaron sus cargos sabiendo que el voto de censura que los socios del club habían impuesto iba a realizarse mediante un referéndum. Con esta medida se ahorran un paso que quisieron evitar dar a toda costa y que incluso hubiera supuesto una salida antes de marzo, cuando estaban planteadas las nueva elecciones.
Así termina el ciclo del dirigente que hizo enfurecer a Messi. Había tomado el cargo en 2014, cuando era vicepresidente pero asumió ante la renuncia de Sandro Rosell. En 2015, meses después de haber ganado la Champions fue reelecto y, desde entonces, fue el comienzo del declive en el club catalán.
“No hay motivos para dimitir, hay mucha responsabilidad, creo que sería un pésimo momento para abandonar el Barça a una gestora. Es un momento de alta responsabilidad, es el momento de tomar decisiones”, había dicho Bartomeu en declaraciones públicas 24 horas antes, el lunes consultado ante la posibilidad de dejar el cargo. Finalmente, en el ámbito privado cambio de decisión.