“La cirugía duró aproximadamente una hora y 20 minutos. Se pudo evacuar este hematoma subdural crónico de manera exitosa. Diego toleró muy bien la cirugía. Está despierto. Está todo muy bien”, dijo el médico Leopoldo Luque en el último parte informado ante la prensa e hinchas que aguardaron en el exterior de la Clínica Olivos donde fue operado Diego Maradona de un hematoma en la cabeza.
Tras expresar el diagnóstico post operatorio de Diego, los hinchas lo ovacionaron y le agradecieron por salvar la vida al ídolo máximo y mejor jugador de la historia del fútbol nacional e internacional.
El actual técnico de Gimnasia y Esgrima tiene a todos los aficionados del fútbol en vilo. Y desde afuera del hospital le hacen el “aguante” para su pronta recuperación.
“Sabemos que vienen momentos difíciles para él y confiamos mucho en que siga las indicaciones médicas”, dijo fuera de la clínica Pedro Miño, un jubilado de 71 años y miembro de la filial norte de Gimnasia y Esgrima.
Fervoroso practicante de la improbable Iglesia Maradoniana -que reúne miles de admiradores en el mundo-, Walter Rotundo desea que su campeón “pueda vivir la vejez que merece”.
Este hombre de 38 años asegura que su vida cambió gracias a Maradona, a quien rindió tributo nada menos que con sus dos hijas mellizas, a las que llamó Mara y Dona.
“Como cualquier religión donde los fieles intentan hacer lo que su Dios predica, nosotros intentamos hacer lo que Diego haría: tener una generosidad gigante, ser buena persona, tener amor por la camiseta, caer y levantarnos”, explicó con la mirada encendida, detrás de un tapabocas con la imagen del jugador y bajo una gorra que dice “Maradona”.
Cintya Vera, ama de casa de 40 años, viajó durante más de dos horas en transporte público para llegar a la clínica cuando se enteró de lo que sufría su ídolo.
Incondicional de Maradona, lleva sobre su brazo, un tatuaje del futbolista con la camiseta de la selección argentina, en el cuello, su nombre, en la mano, le dedica la palabra “DIOS”, en la pantorrilla, de nuevo el jugador besando la Copa del Mundo.
“De chiquita mi papá me enseñó los partidos de él y ahí me quedé fanática. A él en cada tatuaje le digo ‘gracias’. Ha guiado mi vida, siempre he dicho que el único Dios que existe es él”, refirió la mujer.
Como ella, muchos argentinos sienten que Maradona les es muy cercano, y que su historia se entreteje con la de su familia. Por eso, no dudaron en acompañarle con rezos y oraciones mientras estaba en el quirófano.
Habitante de un barrio pobre igual que lo fue Maradona, Nicolás Sanjurjo aguardaba en la penumbra el alta hospitalaria del jugador. “El legado de Diego es pelearla, no doblarse ante el mal, saber que si uno le mete garra se puede, sin hacerle mal a nadie”, afirmó este obrero de 23 años, que considera a Maradona “parte de la familia”.
“Nunca lo vamos a dejar de amar, esto es para toda la vida”, aseguró con voz entrecortada.