El presidente Alberto Fernández asistió pasadas las 11 de este jueves al velatorio multitudinario dedicado a Diego Armando Maradona en la Casa Rosada. Se mostró compungido por la partida del campeón del mundo y dejó algunas muestras simbólicas tanto en la trascendencia deportiva como política.
Recién llegado en helicóptero y acompañado por su pareja Fabiola Yáñez, el jefe de Estado hizo una respetuosa despedida al futbolista y aportó sobre el féretro una camiseta de Argentinos Juniors -el club de sus amores y el de Diego- y el famoso pañuelo blanco de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a quienes el Diez varias veces manifestó su apoyo incondicional.
El momento se ganó el aplauso de los fanáticos que estaban presentes en la Casa Rosada.
Entre lágrimas y notablemente quebrado, Fernández lamentó que “gran parte de la sociedad” lo haya “juzgado con mucha liviandad” a Diego Armando Maradona en vida y señaló que siguen llegando condolencias internacionales al Gobierno para la familia por el fallecimiento del astro del fútbol.
Fernández contó que cuando lo vio en marzo, por última vez, notó que Maradona “no estaba bien” dado que por entonces le dolía mucho una rodilla y le costaba caminar. Y desde ahí, dijo el Presidente, evidentemente su salud se fue degradando. “No estaba bien, claramente que no estaba bien”, expresó en radio Continental.
Fernández reflexionó sobre la posición en la que lo puso gran parte del pueblo argentino a Maradona después de que el futbolista tomara protagonismo nacional e internacional en los años ’80 por su destreza y destaque en la cancha de fútbol.
“Siempre digo que a Maradona nosotros le hemos exigido lo que no le exigimos a nadie. Gran parte de la sociedad la exigió que sea el modelo, que muestre cómo debían ser los demás. Y la verdad, Maradona era un ser humano con sus fortalezas y debilidades, como todos nosotros”, señaló Fernández.
Y continuó: “No sé por qué a él lo pusimos en ese lugar y le exigimos tanto, tanto, tanto, tanto. No había motivo. No teníamos ningún derecho de exigirle tanto a Maradona. En esa exigencia fuimos muy despiadados con Maradona, porque le exigimos a él y le impusimos obligaciones que no le impusimos a nadie”.
Fernández añadió: “Creo que él intentó vivir y ser feliz como pudo o como supo, como todos nosotros. Pero se lo juzgó con mucha liviandad y mucha facilidad. Y la verdad es que fue un hombre que solo vivió y fue feliz como supo o como pudo, como todos nosotros. Pero a él le exigíamos mucho más y eso es lo que a mí de algún modo me enoja. Me pregunto: en esa presión que le pusimos, cuántas veces le habremos hecho más difícil la vida”.
El jefe de Estado contó que siempre que hablaba con Maradona él le decía que en el Mundial de 1986 les expresaba en el vestuario a los compañeros de la Selección de fútbol que en Argentina “había mucha gente triste y que tenían la obligación de hacer feliz a esa gente”
Y ayer, hablando con el ex arquero de la Selección Sergio Goycochea le preguntó si esa historia era verdad: “Era lo que siempre nos decía. Que había mucha gente triste en la Argentina y que el único momento de felicidad iba a ser si se ganaba el partido. Eso es único”.
El Presidente destacó que Maradona no pensaba en su gloria cuando jugaba al fútbol, sino que sólo pensaba en cómo le podía dar felicidad a la cantidad de infelices que había en Argentina y agregó que por ello hoy “en el mundo decís soy argentino, y te dicen... ah, Maradona”.
Fernández contó que recibió saludos para la familia del astro de parte de Emmanuel Macron, José “Pepe” Mujica, Pedro Sánchez, de Lula Da Silva y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.