Sin lugar a dudas, Lionel Messi ya hizo historia grande en la Selección Argentina, pero un 17 de agosto de 2005 no quedará como el mejor recuerdo del rosarino: debutó con el equipo nacional ante Hungría en un partido amistoso en el estadio Ferenc Puskas de Budapest, pero sólo duró 50 segundos, antes de irse expulsado.
El entrenador José Pékerman mandó a la “Pulga” a la cancha a los 18 minutos del segundo tiempo en lugar de Lisandro López, pero Messi sólo duraría 50 segundos en la cancha. El árbitro alemán Markus Merk le mostró la tarjeta roja por una agresión contra el defensor Vilmos Vanczák.
Messi sólo fue expulsado dos veces en la Selección: en este fallido debut y en la Copa América 2019 ante Chile en el partido por el tercer puesto.
El capitán del Barcelona y de la Selección Argentina se tiró unos metros atrás y cuando tomó la pelota tuvo uno de sus arranques característicos y el central húngaro comenzó a tirarle la camiseta para frenarlo y Messi, en el afán de sacarse la marca de encima alcanza a impactar con su brazo, sin intención, en el rostro de Vanczák.
Las protestas de Gabriel Heinze, Roberto Ayala y Juan Pablo Sorín no sirvieron de nada. Tampoco las explicaciones de Lionel Scaloni, hoy DT del seleccionado argentino.
“Se ve que ni lo toco. Hoy cualquier manotazo o codazo sin intención es amarilla”, recordó el crack rosarino cuando le mostraron la repetición de la jugada.
El pensamiento de un Messi tan juvenil como inexperimentado, casi un año más tarde de aquel estreno albiceleste a las apuradas contra una Sub-22 de Paraguay en la cancha de Argentinos, fue muy sincero. “Tenía 18 años y pensaba: ‘entré y me echaron, no me van a llamar nunca más’. Fue terrible”, recordó en una entrevista con TyC Sports de 2019.
Pero Pékerman, el que lo debía llamar de nuevo, había visto otra cosa. Después de criticar la muy polémica decisión de Merk que dejó a su equipo con diez hombres, resaltó algo mucho más allá de lo que se había llevado todos los flashes: “Leo realizó una gambeta en su primera intervención”, respondió en la conferencia de prensa. Sabía por dónde venía la mano y no era precisamente para golpear a nadie.
El destino le tenía preparado otro camino más allá de esa porquería de punto de partida. Esos 50 segundos fueron el primer renglón de una ficha con 138 partidos (103 con la mítica número 10) y 70 goles.