Más de 80 familias en San Carlos apuestan al trabajo autogestivo

Son parte de una ONG que produce en forma agroecológica y vende luego en ferias. Ahora quieren construir su propia bodega.

Más de 80 familias en San Carlos apuestan al trabajo autogestivo

“Crece desde el pueblo el futuro, crece desde el pie….”, entona el candombe de Alfredo Zitarrosa y en San Carlos esas palabras encuentran un eco fiel y sostenido. Más de 80 familias, que apuestan al trabajo cooperativo y la soberanía alimentaria, han formado una sólida red de producción y comercialización que invita a creer que otro tipo de economía es posible.

Empezaron -hace más de 4 años- a trabajar en grupitos aislados y frente a temáticas puntuales. Hoy la organización Crece desde el Pie cuenta con cooperativas de vivienda, ferias estables de productos agroecológicos y distintos puntos de elaboración repartidos entre San Carlos y Tunuyán, donde procesan desde jugos orgánicos y vino y hasta aromáticas y disecados.

No niegan que “es difícil” el día a día en la concreción de este modelo de economía social, pero se quedan con los resultados: se sigue sumando gente, las partidas que comercializan son cada vez mayores y algunas familias rurales ya empiezan a pensarlo como su único sustento. “Es señal de que vamos por buen camino”, se entusiasma Damián Moreno.

Ahora, el “grupete” (como suelen autodefinirse) va por más. Están ampliando el galpón donde procesan la uva para convertirlo en la bodega oficial y dejar de procesar en sus casas. En este tiempo donde las tareas del campo son pocas, incursionan en la técnica de la quincha para levantar “la pared por hiladas”, como canta Zitarrosa.

La otra meta es construir la primer “fabriquita” de la organización en un terreno que les fue cedido en comodato. Realizar eventos y conseguir donaciones para comprar ladrillos y materiales es otro desafío. El plan a futuro es, también, tener un sitio propio para la comercialización de sus productos.

“Nosotros entendemos la economía como una herramienta para satisfacer las necesidades, y las nuestras no se reducen a vender productos. También queremos espacios de encuentro, de trabajo colectivo, de caminos hacia una alimentación más sana”, explica Moreno.

Que los Crece desde el Pie sostengan estos valores y hayan procurado mantener sus prácticas lejos de la política partidaria les ha dado cierto consenso dentro de la comunidad valletana. “No nos ven como extraños. Cada vez más gente se suma al proyecto, ya sea como socios o como consumidores”, asegura Alejandrina Sotello, quien aporta a la entidad desde su profesión de comunicadora.

Son un grupo inquieto, no se quedan en lo meramente productivo. A las reuniones periódicas -claves para la toma de decisiones- le suman jornadas de capacitación en distintos temas, como agroecología. Además, organizan charlas, participan de congresos y han encarado una investigación con  estudiantes de la UNCuyo para analizar el accionar de los agrotóxicos en la población local.

Trabajo sin patrón
Las postales que ha cosechado esta organización en sus cuatro años de vida son variopintas, pero todas nacen de la necesidad que tienen productores minoristas y trabajadores rurales de unirse para ser más fuertes en el mercado.

Así surgieron las experiencias de Las Tomasas, con sus aromáticas y conservas en Tres Esquinas, el modelo de autoconstrucción de El Rial en Pareditas, las mujeres jugueras de los Lotes Barraqueros, las ferias de minoristas del sur (Pareditas) y del norte (La Consulta), Manos Unidas de Villa Seca con sus frutos secos y conservas, la propuesta de ajos y deshidratados de Eugenio Bustos, el grupo del vino y la exploración en técnicas agroecológicas de los más jóvenes.

“Cada grupo define su esquema de trabajo, pero hay improntas comunes. Acá nadie es jefe, todos buscamos los recursos, todos comercializamos, todos participamos en los horarios y modos que podemos”, explica Soledad Almendra. Enseguida surgen anécdotas de cosecha en familia, de tardes de mates y conservas, de madrugadas desgranando uva.

Una característica de la organización es que el 80% de sus integrantes son mujeres. “Tenemos más empuje”, ríe Soledad. Sin embargo, también destaca el hecho de que “las amas de casa o trabajadoras rurales encuentran un ingreso económico seguro en un trabajo donde pueden llevar a sus hijos”. Además, rescatan los momentos de charla y contención donde “van compartiendo la vida”.

Aunque la mayoría son productores pequeños o trabajadores rurales, en esta organización social hay especialistas para todos los gustos. Desde biólogos, docentes, comunicadores, agrónomos y técnicos en Economía Social hasta “veterinarios en proyecto”.

“Concebimos la economía desde otro punto y poco a poco se convierte en una alternativa”, dice Moreno. El trabajo autogestionado, el diálogo, la horizontalidad, la opción de producir alimentos sanos son los ejes de este grupo.

Las familias de Crece… sostienen un concepto de calidad también muy particular. “No nos importa la marca o gastar más en tal vidrio o tal corcho.

Queremos hacer productos sanos, sin agrotóxicos y que respondan a los gustos locales”, explica Moreno, quien asegura que su Malbec está más a tono con el paladar del sancarlino. Lo han comprobado con la ‘Caravana del vino’: ellos van en una motito y la gente sale a las calles con los recipientes para llevarse la bebida espirituosa.

El desafío de la comercialización

La comercialización constituye el gran desafío para Crece desde el Pie. A nivel local llevan adelante dos veces por semana las ferias de minoristas, que ya constituyen una cita fija con productos naturales y ecológicos para los vecinos de este departamento.

Los sábados la Feria tiene su escenario en el Parque Uco de Eugenio Bustos, de 9 a 13. Mientras que los miércoles, se traslada hasta algún punto céntrico de La Consulta, en el mismo horario. Como los productos son frescos, recién cortados de la huerta, estas ferias abren en temporada (de octubre a junio).

Soledad señala que la actividad y la necesidad de comercializar los ha conectado con mucha gente en el país que apuesta al mismo tipo de trabajo autogestivo. Así llegaron a la Red de Comercio, donde venden la mayor parte de su producción. “Uno mira para atrás y hemos crecido mucho. Antes recibíamos pedidos de 50 pesos y ahora estamos enviando de 15 o 20 mil pesos”, grafica Moreno.

Los jugos, vinos, conservas, disecados, frutos secos, ajos y demás productos de la organización también se pueden conseguir en Mendoza en sitios como el Almacén Andante o el Espacio Sorpresa, en Guaymallén.

Además, reciben pedidos a través de las redes sociales en el sitio de Facebook "Crecedesdeelpie.79" o al mail crecedesdeelpie.org@gmail.com.

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