Más campeones que nunca

Ayer, en la aeroestación Francisco Gabrielli, una pequeña multitud (de familiares e hinchas) recibió a la Selección argentina. Luego en caravana el plantel viajó a San Juan para continuar los festejos.

Una pequeña multitud se congregó en la aeroestación Francisco Gabrielli para recibir a la Selección argentina de hockey sobre patines. El plantel dirigido por Dario Giuliani, ayer por la tarde, piso suelo cuyano para compartir con los hinchas la Copa Mundial que conquistaron, en una final soñada, en Francia.

La preparación de carteles, las banderas, los comentarios sobre el último partido se mantenían en el aire agitados por la emoción de los hinchas y de sus familiares. Personalidades del hockey sobre patines también dijeron presente  y dirigentes de diversos clubes.

Todos estaban allí, los chicos de las inferiores de Petroleros, Leonardo Murialdo y Richet y Zapata, dejaban invadirse por la emoción a medida que se acercaba  la hora de llegada de los “Mejores del mundo”.

Entre las canciones de hinchada, el delantero Lucas Ordóñez ensayó un baile y con ello arengó el festejo. Fue el primero en salir portando sobre su equipaje una exuberante Copa, que hipnóticamente capturó la mirada de los presentes.

Detrás de él, el arquero mendocino Valentín Grimalt fue asediado por las cámaras de televisión y también los flashes, comentó: “No esperaba este recibimiento, es muy emocionante. Estamos muy felices porque podemos compartir esta Copa que ganamos para ellos”,

Por su parte, el ex arquero de Leonardo Murialdo, Federico Sánchez fue protagonista de un momento especial. Entre la gente estaba su hijo Santino (de apenas cinco días). “Estoy muy feliz por este es un momento. Este campeonato es de todos, de nuestras familas por el apoyo y el sacrificio que realizan”.

El chico de la tapa

En su edición del viernes, 26 de junio, Valentín Grimalt fue el protagonista de la tapa de Más Deportes. Bajo el título “No se me achique” se realizaba el anuncio de las semifinales ante Portugal. El arquero mendocino, que la última temporada militó en el equipo del Liceo (España), recibió una fotografía de la publicación. “Muchas gracias por la tapa, fue una motivación extra para afrontar el final del campeonato”, comentó en persona al arribar a Mendoza.

Al hablar sobre el partido, agregó: “Después del cuarto gol, quería empezar a gritar ¡Dale Campeón!..., pero enfrente estaba España y no había que descuidarse. Con el quinto gol me levante del arco y levanté a la gente de la tribuna; sobre el final el público gritaba ‘Ole’ y eso es un momento impagable”.

El presidente dice

Al frente de la delegación y el último en salir de la zona de arribo es el mendocino Walter Fernández. El dirigente de Andes Talleres, tiene una larga historia ligada a la Selección, apoyando siempre desde distintos ámbitos.

El dirigente, con una voz templada por la emoción, le contó a Más Deportes sobre el pulso interno del equipo: “Este es un gran grupo de jugadores pero también lo es desde el aspecto humano. Es un grupo logró una unión muy especial y eso fue muy importante para poder conseguir el objetivo. Entre ellos no había mezquindades, pensaron siempre en lo mejor para el equipo; fueron solidarios dentro y fuera de la cancha”.

“En los veinte días que estuvieron concentrados para preparar el mundial, se tuvieron que adaptar a lo que les pedía el cuerpo técnico; trabajaron y se sacrificaron por igual”.

“Fueron profesionales, hasta en los detalles como cuando había que comer, lo hacíamos todos juntos; eso fue fortificando al equipo hasta llegar al mundial. La Selección había alcanzado un buen funcionamiento y llegó a su punto más alto en la final del Mundial”.

LA SELECCIÓN Y SU CARAVANA MÁGICA

El acompañamiento fue estremecedor, un estruendo de bocinazos y de arengas a lo largo del recorrido que unió el Estadio Bicentenario y el mítico Estadio Aldo Cantoni; en la catedral del hockey sobre patines argentino, el público había poblado las gradas esperando la llegada de los campeones mundiales. Una fiesta celeste y blanca inigualable.

En el autobomba, junto a la Copa, como custodios de toda esa alegría transformada en una enorme Copa, viajaban los arqueros Valentín Grimalt y Ariel Svritz.

Detrás del transporte de los campeones, en camiones, colectivos y también en autos particulares, sacudiendo brazos, la caravana parecía danzar al ritmo de los cantos del ¡Campeón!.
Remeras y banderas argentinas se agitaban en su acompañamiento hasta el Aldo Cantoni; la meca internacional para el hockey.

“La Selección viajó a paso de hombre desde Sarmiento hacia el Estadio en Pocito ya que la gente a los costados de la ruta provocó que la marcha fuera lenta para que los jugadores saludaran y mostraran la copa”, contó ayer -en una nota breve- el diario sanjuanino La Provincia.

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