Luego de 4 años de campaña anti pirotecnia de estruendo y 12 municipios con prohibición de pirotecnia me pregunto, ¿hace falta que tengas en tu familia a una persona con autismo para que tomes conciencia?
¿Acaso no alcanza con el testimonio de una familia que cuenta cómo su hijo se tapa los oídos ante una explosión, que salga corriendo y se atropelle objetos, que quizás esa noche no logre dormir y seguramente reciba una dosis extra de medicación para calmarse?
Una de cada 59 personas tiene autismo, por lo cual, seguro conocés a alguien cuya familia esté conformada con una persona con autismo, un ser único que te brindará amor del más puro, aquél que quizás forma parte del 80% que tiene hipersensibilidad auditiva. Y el que vos festejes con estruendos, ya sea dos veces al año en las fiestas o cuando hay un partido de fútbol o alguna celebración vendimial, a esa personita le hacés daño: le duele, lo sufre y no le es posible comprender tu manera de celebrar.
¿Sabías que hay familias que deben tapar sus ventanas, otras viajan para aislarse de los ruidos, algunas deben suministrar dosis extras de medicación a sus hijos? ¿Te gustaría tener que pasar por esta situación?
Aquí es donde aparece la palabra empatía: se refiere a la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella.
¿Tan difícil es ponerse en el lugar del otro?
Si con la empatía no te alcanza, con saber que al otro le hace daño, con adoptar otra manera de festejar, basta. Es por eso que necesitamos que más municipios se sumen a la prohibición y lograr una Mendoza libre de pirotecnia.
Anhelamos un 2019 lleno de tolerancia, respeto, empatía y sobre todo más amor.
Elisa Espina
Asociación Autismo Mendoza