Clasificada ya para cuartos de final de la Copa América Centenario, la Selección se entrenó ayer en Seattle (noroeste de Estados Unidos) pensando en el partido con Bolivia por el cierre del grupo D, con un sabor agridulce por la baja de Ángel Di María.
Con dos triunfos en dos partidos (2-1 a Chile y 5-0 a Panamá) y el pase a cuartos de final asegurado, Argentina se asegurará mañana, con un empate ante la eliminada Bolivia, el primer lugar de su grupo.
Si la Albiceleste recuperó a Messi, autor de un espectacular triplete en media hora en la goleada 5-0 contra Panamá el viernes, Di María se lesionó esa misma noche en Chicago y se perdería el resto del torneo. El delantero del PSG francés sufrió un “edema muscular”, sinónimo de desgarro, y a pesar de que el parte médica el sábado habló de una “buena evolución”, es muy difícil que vuelva a jugar en esta edición especial de la Copa América.
Justamente el entrenador Gerardo Martino destacaba antes del choque contra Panamá su tranquilidad por la recuperación de algunos jugadores que llegaron lesionados a Estados Unidos, como Ezequiel Lavezzi, Javier Pastore y Lucas Biglia.
Pero aunque La Pulga respondió con una soberbia actuación y no expuso rastros de su lesión lumbar sufrida por un golpe que recibió en San Juan ante Honduras, el Tata todavía no definió si incluirlo de entrada en el encuentro ante los del Altiplano. De hecho, en su habitación del hotel Westin Bellevue ronda la idea de mantenerlo en el banco de suplentes y no arriesgarlo tanto en un juego que no decide casi nada.
Por otro lado, el DT deberá pensar qué hacer con los jugadores que arrastran una tarjeta amarilla, ya que en caso de recibir otra quedarán descartados para el choque de cuartos. Ellos son: Javier Mascherano, Marcos Rojo, Augusto Fernández y Nicolás Gaitán.
EL TRIÁNGULO FUNCIONA
El triángulo que propone Martino en la mitad de la cancha es la única línea retráctil de Argentina, ya que se adapta a las circunstancias, siendo más o menos ofensivo en función del rival de turno. “Puede ser un 4-2-1-3, pero cuando digo como se para el equipo siempre refiero un 4-3-3, porque el triángulo del medio siempre será eso, algunas veces con la punta hacia bajo y otras hacia arriba”, confió Martino.
Y ese ejemplo tuvo su correlato con lo observado en cada uno de los dos partidos jugados hasta ahora por la Albiceleste. Claro que en este caso hubo más facilidades para colocar esa figura geométrica con la punta para abajo porque no estuvo, paradójicamente, Lucas Biglia, que por naturaleza futbolística tiene más tendencia al equilibrio que a desdoblarse en función ofensiva.
En su lugar actuó Augusto, más acostumbrado a mandarse por el carril derecho rumbo al área rival, como lo hacía en Vélez y posteriormente en el Celta de Vigo. Claro que en los últimos tiempos Fernández viene jugando más “de Biglia” en Atlético Madrid, siendo “un cinco bajo” como el mismo se autodefinió, una función que Simeone le inculcó tanto que ya le corre por las venas, al punto que necesitó la “transfusión" del primer tiempo vs. Panamá para volver a ser ese volante que pisaba con asiduidad el área rival, algo que recuperó en la segunda etapa de ese juego.
De esa manera Mascherano se constituyó en la punta hacia abajo mientras que Fernández jugó más abierto por derecha y Banega por izquierda, dejando al hombre de Barcelona como el único cinco del equipo.
En cambio ante los chilenos la punta del triángulo fue Ever, mientras que Fernández y Masche constituyeron la base, en un planteo que propuso mayor sostén defensivo en función de lograr una recuperación más rápida en zona media, donde la posterior contra argentina lastima con la velocidad de los delanteros. Así llegaron los goles de Di María y Banega.
La “idea no cambia”, según el Tata, pero es elástica a las circunstancias, sencillamente por un hecho que el propio DT reconoció: “la presión alta de nuestro equipo no es buena”. Y esto dicho sin someter a examen en ningún caso a los tres de arriba, porque Messi, Higuaín y Di María tienen una función específica que es atacar. Y después, cuando pueden, dan una mano en la primera defensa. Porque en definitiva nada es tan estructurado. Solamente sus ideologías.
"Messi genera respeto sólo con verlo"
Tuvo tal tez la cruzada más difícil para un jugador de fútbol de la actualidad: reemplazar a Lionel Messi. Nicolás Gaitán cumplió con creces esa labor pero dejó en claro que el lugar es de Leo, a quien definió como el líder absoluto del equipo. “Hay cosas que no se pueden contar de la intimidad, quedan para el grupo.
Messi genera respeto sólo con verlo y eso no me ha pasado con muchos jugadores. Tengo la suerte de haber compartido vestuario con él. Contra Panamá pensaba que iba a salir yo pero por suerte pude jugar un ratito con él, fue algo muy lindo. Jugar con uno tan bueno te deja muy contento”, analizó en la primera conferencia de prensa que la Selección dio desde su llegada a Seattle.
“Martino no me pidió que juegue de Messi”, explicó el ex Boca, y agregó: “Creo que no esperaba arrancar jugando en la Copa pero las circunstancias de la lesión de Leo abrieron un lugar en el equipo y el técnico me eligió. No tengo nada que ver con Messi, ni cerca de él estoy. Por mis características me pusieron y pude jugar dos partidos. Estoy muy contento porque se lograron los seis puntos”.
Por último, ya hablando de su futuro personal, no quiso confirmar su traspaso al Atlético Madrid de Simeone pero detalló: “Yo tengo mi club que es Benfica, no tengo nada con ningún otro equipo que no sea Benfica. Sé que estoy muy cerca de salir pero son detalles que hay que ultimar, ya no depende de mí”. Y seguidamente, sentenció: “Estoy pensando en la Selección argentina. No es algo que me está pasando por la cabeza”.
Un césped que genera incomodidad
“La pelota pica una vez y después se queda. Es una tema que nos preocupa”. La frase de un integrante del cuerpo técnico de Perú resuena en los pasillos del Gillette Stadium. La inquietud no es nueva y el arquero de Chile, Claudio Bravo, también expresó su incomodidad por cómo corría el balón. Incluso, Arturo Vidal, tras el juego ante Bolivia, confesó que la cancha estaba pesada y que le costó adaptarse.
Hasta Dani Alves, en medio de la diversión en el reconocimiento del campo de juego se vio fastidioso por cómo picaba la pelota. Y la razón es simple, el césped natural del estadio fue montado sobre una superficie artificial, lo que altera todo.
Este tipo de dificultades las tendrá que sortear también Argentina, mañana, y el encuentro por los cuartos de final lo más probable es que lo dispute también en el Gillette Stadium de Boston. También para Ecuador y Haití, anoche, fue una jornada especial, porque el MetLife Stadium, en New Jersey, es otro de los estadios que tiene en su base suelo sintético.