Bien entrada la madrugada del domingo, a las 2 por fin los locutores anunciaron el nombre de Martina Flores Casado como la nueva reina departamental de San Martín, tras una Vendimia que tuvo una reñida elección, se extendió más de lo previsto, dejó gente afuera del teatro griego Juan Pablo II que colmó su capacidad de 10.000 asistentes y será recordada –entre otras cosas- por el cuadro en el espectáculo dedicado al Indio Solari.
Por un voto de diferencia, Martina obtuvo la corona en manos de la reina saliente Caterina Zícaro, y con todas las ilusiones de representar a los sanmartinianos en el Frank Romero Day el sábado 9 de marzo para devolverles los atributos nacionales tras una década de la última vez, cuando ganó Candela Carrasco. Su virreina, Julieta Ailén Ramírez de Buen Orden, consiguió 28 sufragios.
El conteo fue tan ajustado que para el cuarto lugar, como Reina del Turismo de San Martín, hubo empate. Las candidatas desempataron y quedó para la reina de Montecaseros, Milagros Elizabeth Bizaguirre. Mientras que la Reina del Bonarda fue para el tercer puesto que logró Bernardita Palau Morán, de Alto Verde
La elección vendimial en San Martín fue a través del voto del público, 200 en total de
los cuales 75 se repartieron a las 15 candidatas distritales (cinco para cada una).
Casi una hora más tarde de lo pautado, después de una larga previa con shows de artistas locales y ante un teatro griego Juan Pablo II colmado de gente (muchos no pudieron ingresar), el escenario del Parque Agnesi recibió el sábado la “Vendimia de la memoria y el fuego”, dirigida por el palmirense Pablo Perri y protagonizada por el popular actor Ernesto “El Flaco” Suárez.
Folclore y realismo mágico
Unos 660 artistas del Este, incluidos ballets de adultos mayores, llevaron adelante “Vendimia de la memoria y el fuego”, cuyo acento estuvo puesto en lo folclórico, con un despliegue de vestuario para destacar y momentos que pasarán a la historia –sea por buenos o por controvertidos-. Pese a su larga trayectoria teatral, el “Flaco” Suárez debutó en la piel del general José de San Martín, aunque se trató de un héroe humanizado a partir de un guion con toques de realismo mágico.
Es que el “Flaco” llega desorientado a una finca donde se está armando el asado de fin de cosecha, y ese encuentro da inicio al relato que –con voces en off que hacen memoria- convoca los cuadros que todos esperamos de una vendimia: los huarpes, los inmigrantes, la tormenta, la Virgen de la Carrodilla, los “años felices” de bailes de los `60 en clubes de barrio como el de Chapanay.
Las danzas típicas de nuestra región brillaron con coreografías, en algunos cuadros de alto vuelo poético, que fueron celebradas por la multitud.
La emoción llegó con el ingreso de la Virgen y los pañuelos blancos agitando su paso, así como el momento dedicado a los caídos en Malvinas y desaparecidos durante la Dictadura, con imágenes de los homenajeados en pantalla así como sobre el escenario.
La mesa estaba servida en uno de los costados del gran escenario, mientras del otro lado los cantantes interpretaban cuecas, gatos y zambas.
Una marioneta del Indio
El tango aéreo en las paredes laterales de la escena fue un original recurso para la historia vendimial del departamento del Este, aunque hubiera conseguido más impacto visual con un juego de luces acorde.
En este aspecto, las cajas lumínicas volvieron a la celebración y se destacaron los paneles en el frente del escenario mayor que aclimataban cada cuadro coreográfico. Así también la pantalla central jugó su rol en interacción con la puesta, muy bien lograda por ejemplo en el baile en Las Bóvedas que se replicaba a la perfección en escena y que fue en honor al cosechador.
El brillo y color de las danzas representativas de los inmigrantes, como la italiana, la libanesa, la española o la comparsa boliviana, contagiaron de festividad al público.
En ese contexto, invadió la escena un gran número de fanáticos rockeros que al ritmo de “Jijiji” arengaban la entrada de una marioneta del Indio Solari.
Se trató de un momento con intenciones festivas que buscaba rescatar que en ese Parque Agnesi dos veces había tocado el ex Redondos para un centenar de miles de personas de todo el país. Sin embargo, ese cierre de “gestión” quedó desencajado del resto del espectáculo.
El final llegaría con la revelación del protagonista como el mismísimo Padre de la Patria que regresaba al pueblo donde le hubiera encantado vivir por siempre para quedarse ahora entre los sanmartinianos, en su memoria colectiva, de una buena vez por todas, forjando el futuro a partir del pasado y en pos del presente “chacarero”.
Cifras
15 candidatas distritales 10 años lleva San Martín sin corona nacional.
En 2009 la obtuvo Candela Carrasco 50 pesos cobraban el estacionamiento en el predio 125 votos fueron destinados al público, de los 200 en total 10 foodtrucks se instalaron en las cercanías del teatro griego, junto a unos 15 puestos de artesanías 30 metros de pantalla Led se utilizaron para la puesta 40 por ciento de música en vivo 660 artistas en escena