En las afueras de la ciudad de San Martín, un grupo de vecinos, la mayoría de ellos del barrio Santa Cecilia, cortó ayer la ruta 50 para reclamar la colocación de semáforos o reductores de velocidad en la intersección de ese transitado camino con la calle Vior, que es la que sirve de ingreso y salida al barrio.
"Hace dos años que estamos pidiendo una solución al problema de tránsito que hay frente al barrio y nada. En este cruce ya ha habido varios accidentes graves, el último de ellos hace dos semanas", contó un vecino, mientras que a sus espaldas crecía el humo negro de unas cubiertas incendiadas, con las que se cortó el tránsito en la zona.
La ruta 50 es una de las principales vías de comunicación en San Martín: conecta a Palmira con esa ciudad y luego de atravesarla por la mitad, sigue su camino hacia el este. En este último tramo y al poco andar, está la calle Vior que es ingreso al barrio Santa Cecilia, donde hay algo más de 250 viviendas.
"Desde hace dos años que venimos reclamando una solución. Hemos propuesto muchas cosas, desde semáforos a reductores de velocidad y ninguna de ellas ha sido implementada", comentó Javier Garavaglia, presidente de la unión vecinal del Santa Cecilia.
Los vecinos dicen que en todo este tiempo se han entrevistado diversas veces con el delegado de Vialidad, Omar "Quito" Benegas, pero que no han tenido ningún tipo de solución. "Incluso el gobernador Pérez nos prometió una respuesta. Antes de las elecciones vino hasta el barrio, nos preguntó qué necesitábamos y lo primero que le dijimos fue un desacelerador en la ruta, frente a la entrada al barrio", contó Garavaglia y siguió: "Quedó en solucionar el problema, pero de esto ya han pasado dos meses y no hemos tenido ninguna respuesta".
El presidente de la unión vecinal comentó además que han propuesto diversas herramientas para mejorar la seguridad vial en la zona: "Estamos frente a un barrio que tiene unas 250 casas, hay mucho tránsito por esta ruta y hay una fábrica cerca. Cuesta mucho salir porque hablamos de una ruta provincial en la que los autos vienen a más de 100 kilómetros por hora".
"Hemos pedido un desacelerador y nos dicen que no, porque hay una ley que no lo permite; pedimos cartelería y nos dicen que no porque se la roban; pedimos que pinten la ruta y nos dicen que la pintura es cara; pedimos los desaceleradores que están en la ruta 7 y nos dicen que no porque la máquina que los coloca está en Mendoza", enumeraron los vecinos y resumieron: "Es por eso que llegamos al corte de ruta".
Consultado sobre el problema, Omar Benegas explicó que "colocar un reductor en una ruta tan angosta como la 50 es muy peligroso, porque alguien frena y el que viene detrás tal vez no tenga cómo esquivarlo y se va encima de los árboles. Yo entiendo la preocupación, pero además y según la ley de Tránsito, un reductor de velocidad allí es ilegal y yo no puedo imputar esa compra en Vialidad".
Benegas asegura que han puesto carteles en la zona advirtiendo del cruce de calles y del ingreso al barrio, "pero los roban a los pocos días. Es una ruta muy transitada y la solución es que la gente no maneje a 120 kilómetros por hora, donde la máxima permitida es de 60. Pero eso se consigue con controles policiales, que los vecinos no piden y que es muy raro ver en el lugar".
