Martín Rapetti: “La agenda del campo no está instalada entre los candidatos”

El entrerriano estuvo en Mendoza para participar de unas jornadas y cree que, más allá de quien gane las elecciones, hay expectativas de cambio para el sector agropecuario. Pide un pacto social y político para bajar la inflación.

Martín Rapetti: “La agenda del campo no está instalada entre los candidatos”

Es entrerriano, de Gualeguaychú. Tiene producción agropecuaria en Entre Ríos y Curuzú Cuatiá (Corrientes). Su condición de dirigente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos lo llevó a la vicepresidencia de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y, en representación de esta entidad, es consejero del instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

Martín Rapetti participó en el Valle de Uco, en San Carlos más precisamente, de una jornada técnica del IPCVA y, en diálogo con Fincas, abordó aspectos del escenario político nacional previo a las elecciones nacionales y la lectura que hacen desde el sector productivo sobre las perspectivas para 2016. En este contexto se trató la situación de la ganadería argentina y de la necesidad de recuperar los perdidos mercados externos (ver aparte).

-¿Cómo ve las posibilidades de cambio en la economía argentina a partir del próximo año?

- En primer lugar, lo último que debemos perder es la esperanza. Entonces, básicamente, nosotros pensamos que termina un ciclo y que, independientemente de quien vaya a gobernar a partir del 10 de diciembre eso, de por sí, ya genera un cambio de expectativas. Aunque no haya definiciones, creemos que nada va a ser igual.

- Más allá de la esperanza, y analizando objetivamente el escenario, ¿qué debería cambiar y cuándo podrían comenzar a verse los resultados del cambio?

- Primero, hay que ver cómo vamos a quedar y con qué se encuentra el que asuma. Yo participo también del Foro Agroempresario, donde hay 64 empresas grandes, de todos los sectores, en el que hemos hecho un análisis y definido algunas prioridades en lo político, en lo social, en lo económico.

- ¿Qué sería allí lo primordial?

- En primer lugar, la preocupación es que la agenda del campo no está muy instalada en los candidatos. Van a las reuniones cuando los invitamos y de alguna manera dicen lo que queremos escuchar pero a mí no me convencen. Ésa es una primera preocupación.

-¿Qué creen necesario corregir en el plano social, ya que lo mencionó?

- Hay que crear fuentes genuinas de trabajo. Sabemos que los planes sociales no se pueden dejar caer, pero hay que hacer algo gradual y sistemático para generar empleo porque la “cultura de la vagancia” no va más. Esto fue para 2001, no para 2015. Porque si hablamos de “década ganada”, vemos los índices oficiales y escuchamos el relato de la señora Presidenta, parecería que estamos en Suiza y, evidentemente, no estamos como en Suiza. Relacionado con esto, está la situación de la economía. Hay que ver para dónde salimos. En esto, el problema de la inflación es central. La inflación no se ataja de un año para otro. Entonces, estamos pidiendo a los candidatos a la Presidencia que nos digan lo que piensan hacer, porque sabemos que a un dígito no se llega así nomás.

- Habló de prioridades en el plano político.

- Hay que garantizar la gobernabilidad. Por eso hemos dicho a nuestros candidatos en las provincias que, en cierta forma, tenemos que hacer un pacto político-social. Hay que ver cómo van a ser las relaciones con la CGT que, en ese sentido, puede llegar a ser determinante. Si bien hemos adelantado haciendo algunas alianzas, en el caso de nuestras provincias mesopotámicas, hemos planteado la necesidad de que, el que gane, gobierne, y el que le siga, acompañe, pero integrándose completamente. Hay que involucrarse porque el país no da más.

-El problema ¿es esencialmente político?

- En realidad, creo que el tema central es la Justicia. Me parece que si se empieza a terminar con la impunidad, sería el principio del gran salto que tenemos que dar como país. La solución es moral y empieza por la Justicia. A partir de ahí puede venir el desarrollo del país.

Para la parte política, la exigencia es hablar un poco menos (aunque el político tiene que expresarse), ser un poco menos “cabeza e’ vaca” (que lo único que sirve es la lengua) y empezar a emplear un poco más el sentido común, para que la Argentina empiece a salir del lugar donde está hoy. Me parece que tenemos que empezar a ver la realidad de las cosas, dejar el relato, empezar a sincerarse, dejarse de hacer demagogia y ocuparse seriamente del rol que cabe al Estado.

Se perdió el equivalente al stock uruguayo de cabezas de ganado bovino

Una de las cuestiones que, en términos del negocio ganadero (y de la cadena de ganados y carnes, en su conjunto) se plantea con insistencia desde el sector privado, es la necesidad de flexibilizar las condiciones para favorecer las exportaciones. Incluso se avanza en negociaciones comerciales y hasta en acciones jurídicas en el plano internacional para neutralizar medidas (aparentemente para arancelarias) impuestas por algunos países, para poder abrir nuevos mercados y recuperar otros. El problema es de dónde va a salir la carne, si se tiene en cuenta que el mercado interno argentino “come todo lo que le ponen en el gancho”.

Sobre este tema, el vicepresidente de CRA fue determinante al afirmar que “primero, quiero tener los mercados” y señaló: “Uruguay tiene hoy alrededor de 120 mercados; Paraguay tiene más de 70; Chile tiene unos 180. En el ranking de exportaciones, entre los países de

Sudamérica, estamos en cuarto lugar. Primero está Brasil, le sigue Uruguay, después Paraguay y recién después venimos nosotros. En el mundo estábamos terceros y hoy estamos en el lugar número 13”.

¿Chile exporta carne?, fue la pregunta que se imponía. “Sí y -aunque parezca mentira- a veces carne nuestra también”, apuntó Martín Rapetti. “Ellos -agregó- tienen las cosas claras y nosotros también deberíamos tenerlas. La carne era como Fangio en su momento: era insignia -y sigue siéndolo-. Lo que muchas veces no entiende la gente es cómo no podemos hacerla valorar afuera. Lo que pasa es que en un momento empezamos con el cuidado de “la mesa de los argentinos” y lamentablemente estamos empantanados, no crecemos, hemos perdido 12 millones de cabezas de ganado bovino (que equivale al stock uruguayo)”.

El dirigente agropecuario considera posible revertir la situación actual. “Creo que podemos crecer y seguir alimentando a los argentinos. En las mejores épocas hemos consumido más del 80% y hemos exportado el 17% de la producción de carne vacuna. En 2004 llegamos a colocar afuera unas 770.000 toneladas, pero el año pasado no llegamos a las 200.000” se lamentó.

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