El flamante ministro de Economía, Infraestructura y Energía se siente seguro en su nuevo cargo. Se muestra obsesionado con gestionar y se despega de cualquier especulación política.
En plena mudanza de ministerio, recibió a Los Andes para explicar cuál será su impronta en la cartera más grande del gabinete de Alfredo Cornejo.
-¿Qué sabe de Economía?
-Llevo 20 años administrando lo público. Si bien soy contador, desde que empecé estudio lo relacionado con economía. De hecho, en la transición estudié los motores económicos de Mendoza y su relación con los de la Nación, para luego adentrarme en lo fiscal, que es un desprendimiento de lo económico. Honestamente, la economía me gusta más que los impuestos.
-¿Y de Infraestructura y Energía?
-Soy un obsesivo de la inversión pública. En Godoy Cruz empezamos con 7% y terminamos con 22%. Mi función era perseguir al secretario de Obras para que gastara en eso. Acá en el Gobierno no teníamos plata, pero ahora que llegará, podré ser quien ejecute.
La energía, en tanto, es el vector de cambio de la matriz económica. El equipo de Enrique despuntó el tema de energía renovable. Ojalá que podamos transformarla y que en Mendoza no sólo se hagan parques eólicos o solares, sino que exportemos la materia prima.
-¿Se cree la del superministro?
-No. Tengo muy buenos colaboradores y creo en el equipo. No funciono si no es así. El equipo que hay en Economía es muy bueno.
-¿El equipo no se toca?
-En principio estoy revisando, haciendo un balance de cada gestión. Lo haremos por unos días. Les he pedido que aceleren el paso, porque me caracteriza ser más práctico que teórico. Vamos a ver.
-¿Qué cambiará en la gestión del ministerio?
-Tanto Enrique como yo somos muy laburantes. Creo que va a variar la intensidad. Primero, son momentos distintos. Enrique trabajó hacia adentro, porque la situación era muy mala. Yo trataré de concretar un montón de acciones.
-¿Qué prioridades habrá?
-Hay ejes importantes. En lo económico, sostener la situación y empezar a poner las anclas para el desarrollo económico, porque estamos por salir del ciclo negativo….
-Lo veo muy seguro…
-Estoy convencido. La recuperación llevará tiempo, porque salir de la recesión no resuelve el problema, hay que recuperar todo lo perdido en años. Pero la peor parte ya pasó. En lo económico entonces, lo más importante es ser palanca de ese camino para dinamizar la salida.
-¿En Infraestructura?
-Hay muchas oportunidades y proyectos. De hecho, entre 2016 y lo que va de este año, se invertirán más de $ 8.200 millones, entre obra pública, vivienda, Enohsa y Aysam. Equivale a un promedio anual de 295 millones de dólares.
El gobierno anterior promediaba 150 millones de dólares. Eso es un esfuerzo, en virtud de que salimos de una provincia con déficit y emergencia fiscal. Ahora hay que aumentar ese número, duplicarlo anualmente. Este año esperamos invertir casi $ 2 mil millones en vivienda, entre lo provincial y lo nacional.
-Con tanto poder, será casi un vicegobernador...
-Me falta mucho para algo así. Sí tengo gran convicción por lo que hago. Y Alfredo (Cornejo) es un dirigente fuera de serie y yo tengo la suerte de estar al lado de alguien que está haciendo cambios de fondo. Eso me motiva. Soy muy apasionado en lo que hago. Lo demás, son especulaciones.
-Es uno de los adalides de la gestión…
-Hicimos muy buen equipo en Hacienda. Fue fantástico lo que logramos. Yo puse la impronta y ellos me ayudaron. Voy a hacer lo mismo acá o donde me toque estar.
-¿Será candidato a diputado nacional?
-Yo soy de gestión. Sólo pienso en mi cargo del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía, que es como un transatlántico a llevar.
-Es una frase hecha, ¿no tiene ambiciones políticas?
-No es una frase hecha. Lo que he obtenido en política lo he logrado por ser buen gestor. Y quiero seguir siéndolo. La política se hace desde la gestión, no desde lo partidario. Y cuando uno es oficialista tiene que gestionar.
El resultado de esa gestión da oportunidades políticas o no, porque la gente lo valora o no. Hablar o pensar ahora en dónde estar en el próximo paso, con este gran desafío por delante, sería un error.
-¿Qué opina de reformar la Constitución y la reelección del gobernador?
-Nunca Mendoza estuvo en mejor momento para asegurar que la Constitución aborde la responsabilidad fiscal, por ejemplo. O que se pongan cuestiones que cimenten el desarrollo económico y el empleo genuino. Es la gran oportunidad.
Alfredo ha generado confianza suficiente para que, después de 100 años, el tema por lo menos se analice. Lo demás lo decidirá el pueblo cuando vote. Si hay una ley de necesidad de reforma de la Constitución, el que elige es el pueblo, no la Legislatura.
Después, si el pueblo dice que se va a reformar, hay que elegir constituyentes. Así que el pueblo elige dos veces antes de decidir qué va a pasar con este gobernador o cualquiera.
-¿Reelegiría a Cornejo?
-Sí. Sin dudas le daría la oportunidad. Esto es personal. Porque si siguiera alguna especulación, o fuese egoísta, pensaría de otra manera.
-Pero usted también tiene ambiciones…
-Pero primero está la provincia. Eso es lo que promueve esta nueva forma de gestionar de Alfredo. La política no está primero. Si seguimos pensando en poner por delante lo político, volvemos para atrás. Y ya hemos tenido gobiernos propios y no propios que han vivido esa situación.
-Si le ofrecieran un cargo nacional, ¿aceptaría?
-Cuando Alfredo ganó yo era diputado provincial y tenía mandato hasta 2018. Renuncié a la comodidad, no la estoy buscando.
-¿Dice que Vaquié se fue a algo más cómodo?
-No. Enrique cumplió un proceso y entendió que ya había hecho lo que debía hacer en la provincia. Desde lo político y lo económico lo entiendo.
-¿Y si le ofrecieran algo en primera línea?
-Tenemos mucho por hacer en Mendoza. Si analiza la historia de la gente, se da cuenta qué tipo de personalidad y qué desafío enfrenta.
En defensa de las decisiones de Macri
Más allá de que suele marcar diferencias entre el gobierno provincial y el nacional, Kerchner hace una férrea defensa de la gestión de Mauricio Macri.
-El gobierno nacional, ¿mochila o salvavidas?
-Si el Gobierno nacional no hubiese tomado las medidas que tomó desde el primer día, hoy no estaríamos hablando acá. Yo pido que piensen qué cerca estuvimos del precipicio, porque en Mendoza se percibió más, porque no había con qué pagar sueldos, pero en el país había una situación estructuralmente muy compleja, con desinversión energética, con empleados que no se podían sostener, con presión fiscal.
Si no se hubiesen tomado las medidas de regulación de la economía, hoy no se podría pensar en desarrollo.
Incluso utilizó similares argumentos para pensar en el futuro, ante los duros informes de la situación de la pobreza.
“Sin esas medidas, era poco probable empezar a pelear contra la pobreza. Porque la pobreza del 30%, del 28% o del 31%, existió siempre en los últimos años en la Argentina”, apuntó en referencia al kirchnerismo.
Renunciará al directorio de YPF, no a otros cargos
Días atrás, Kerchner fue cuestionado por otros ingresos que había declarado, los que percibe por integrar distintos estamentos nacionales, como el Consejo Federal de Impuestos, la Comisión Nacional de Responsabilidad Fiscal y la Comisión Arbitral.
Él justificó esos ingresos en base a que son “gastos de representación” para costear los viajes que demandan esos organismos y que la Provincia no paga.
Si bien se entendía que ocupaba esos cargos por ser ministro de Hacienda, él aclaró que “en realidad el cargo lo ocupa quien designe el Gobernador”. En consecuencia, es posible que siga.
Por otro lado, al asumir en Economía -y al retirarse Vaquié- le correspondería ocupar una silla en el directorio de la petrolera estatal YPF. Pero dice que no estará allí.
“Para poder ejercer en pleno mi función de ministro, como autoridad de aplicación, le he pedido al Gobernador no estar en el directorio de la petrolera. Así me dará plenitud para tomar decisiones que fueron cuestionadas con Enrique”, dijo Kerchner, atendiendo a que su antecesor “tuvo que dejar de ver los temas que tenían a la petrolera como protagonista” por ser parte del directorio.
Familia política
Martín Kerchner está formado en las ciencias duras, pero desde la cuna vivió la política. Se autodefine como “un técnico con familia política”.
Su padre, nacido en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, fue concejal en esa ciudad. Ya en Mendoza, presidió la UCR departamental.
Además, fue director de Compras y Suministros de la Provincia. “Entró con un Peugeot 404 y salió con el mismo auto”, se jacta el hoy ministro de Economía.
Su madre, en tanto, fue “luchadora docente”, dice. Desde lo político, “trabajó con el ex gobernador Felipe Llaver y el ex director de Escuelas Hugo Duch, en el plan Pedagógico Nacional”, recordó Kerchner.