Es productor de huevos en su granja de Guaymallén, en el Gran Mendoza. Como presidente de la Unión Avícola Regional Andina, tiene un claro panorama de lo que ocurre con el sector en la provincia y a nivel nacional. Plantea un escenario de preocupante quietud en el mercado, con precios apenas recuperados a niveles de hace un año, tras una depresión de cinco meses.
Mario Maroto advierte que no habrá nuevas inversiones en la actividad, a la espera de definiciones en materia de política macroeconómica y cree que sólo el resurgimiento de condiciones favorables para exportar podrían darle mayor movilidad al negocio.
-¿Cómo está el mercado del huevo?
-Tranquilo, sin demasiadas expectativas por el momento. Hay mucho equilibrio entre oferta y demanda en el mercado interno. No hay mucho movimiento de precios.
-¿Los costos siguen en aumento?
-En este momento no hay movimiento en los valores de los cereales, están más bien estancados pero estamos teniendo problemas con la provisión de algunos insumos importados, por lo que suben los precios en dólares.
Por ejemplo la metionina (un aminoácido que utilizamos en el alimento balanceado) pasó de entre 5,20 y 5,40 dólares el kilo, a valores que fluctúan entre 6,70 y 9 dólares, dependiendo de quién lo tenga y la necesidad del cliente.
-¿Cómo está el precio del huevo?
-En este momento hemos vuelto a los mismos valores del año pasado para esta época, después de una caída muy fuerte. Tuvieron un retroceso muy marcado a partir de agosto del año pasado y se mantuvieron en esos niveles hasta fines de enero de este año. El precio del huevo recién ahora recuperó los mismos niveles de hace un año.
-¿Cuáles son los precios actuales?
-Alrededor de 320 pesos el cajón de 30 docenas de huevo marrón, grande, puesto en granja. El huevo blanco está siempre un poco más abajo, anda entre 280 y 300 pesos. Pero veníamos de esa caída muy fuerte, cuando llegamos a vender a 220 pesos el cajón de huevo marrón.
-¿En este momento, entonces, oferta y demanda están en relativo equilibrio?
-La demanda es prácticamente la normal para las vísperas de Semana Santa, que es cuando se da el pico de consumo; pero no cabe esperar mayores modificaciones en los precios, porque hay una oferta suficiente para abastecer el mercado.
-En esta época, normalmente, ¿aumenta el precio del huevo?
-Siempre, entre febrero y marzo hay un aumento por una mayor demanda que se da en el ingreso al período de Cuaresma, que es cuando se incrementa el consumo de huevos. Los precios habían caído tanto que el aumento que se dio entre la última semana de enero y los primeros quince días de febrero, sirvió apenas para recuperar parte de lo que se había perdido y volver a los valores que teníamos en marzo-abril del año pasado.
-¿Cree que habrá margen para que mejoren a partir de ahora?
-No se vislumbra ninguna suba por el momento. En realidad, después de Semana Santa normalmente se da una situación de estabilidad, por lo que creo que vamos a transitar un invierno con valores muy similares a los que tenemos actualmente, con un equilibrio entre oferta y demanda.
-¿Por qué se había dado esa caída tan importante a partir de agosto del año pasado?
-Cayó un poco el consumo, estacionalmente siempre ocurre eso, también es la época en la que aparece el huevo “de campo”, que se produce en algunas provincias como Córdoba, La Pampa, Buenos Aires y hubo un incremento estacional de la producción por las condiciones climáticas favorables.
Todo eso hizo que la oferta fuera mayor que la capacidad de consumo en ese momento, lo que generó un excedente de producción en el mercado, que fue tirando los precios hacia abajo.
-Habrá que ver qué pasa con el consumo…
-En invierno, creemos que el consumo va a estar más o menos estable, porque con el huevo a un precio de $ 1,50 al público, resulta muy accesible. Por eso digo que las variables del mercado pueden llegar a mantener cierto equilibrio. No cabe esperar demasiadas fluctuaciones en el mercado del huevo.
-¿Cómo ven el escenario hacia adelante?
-Lo que veo, en la mayoría de los colegas, es que no hay expectativas de crecimiento. Nadie está proyectando incrementar su producción, y están todos esperando ver lo que ocurre con las variables fundamentales de la economía. De mantenerse estas condiciones, estamos con cero posibilidades de crecer.
-¿Hoy la actividad de la industria del huevo está retraída, entonces?
-La parte industrial sí. En enero hizo algunas compras, aprovechando la fuerte caída que tuvo el precio del huevo en granja. Fue un mes muy crítico para nosotros, hubo mucha oferta de huevo fresco, y la industria aprovechó para comprar a valores realmente bajos. Así, pudo elaborar algo y quizás concretar alguna exportación, porque tuvo acceso a la materia prima a un costo muy conveniente.
-¿Cuán bajos fueron esos precios?
-En ese momento, cuando el precio en granja era de 220 pesos el cajón, la industria pagaba 160 pesos. A esos valores, nosotros quedamos por debajo de los costos de producción. El productor que vendió lo hizo para no tirar la mercadería y no perder todo, pero la realidad es que vendió a pérdida.
La industria compró poco
El presidente de la Unión Avícola Regional Andina, Mario Maroto, reveló que la industria compró, en enero pasado, algo más de 120.000 cajones de huevos frescos, en todo el país, a 160 pesos el cajón.
“Eso ayudó a sacar parte del excedente que había en el mercado y que seguía presionando los precios hacia abajo pero no resolvió el problema”, advirtió el empresario.
“Imagínese que esos 120.000 cajones representan un día y medio de la producción nacional. En otras épocas, cuando las condiciones para exportar fueron más favorables, los volúmenes eran mucho mayores. La industria venía absorbiendo anualmente entre un 8% y un 10% de la producción nacional”.