Mario Maroto viene de una familia que hace 45 años está en la industria avícola, dedicados a la producción de huevos. Asegura que los productores están resistiendo en el mercado interno, con la mirada puesta en abrir externos, lo que les permitiría incrementar la rentabilidad. Es que, como el consumo nacional ya alcanzó su techo, la única posibilidad de crecer va ligada a la exportación.
- ¿Cómo viene la producción de huevos este año?
-Ha sido un año bastante complejo porque todos nuestros insumos están vinculados al dólar y de acuerdo a cómo se movió la cotización se movió también el costo de nuestros insumos. Y nuestro producto se vende de acuerdo a la capacidad de los bolsillos de la gente. Los niveles de producción se han mantenido porque el productor está haciendo un esfuerzo enorme por seguir produciendo. No ha habido en el sector empresas que hayan cerrado sus puertas. Todas están esperando una reactivación, más que nada de la mano de la exportación porque el mercado interno lo tenemos sobre abastecido con la producción actual.
- ¿Y los precios?
- Después de Semana Santa, los valores se quedaron estables y en algunos casos tendieron a bajar. No ha habido suba en los últimos 90 días y hasta en algunos casos hubo ofertas. No hemos percibido aumentos de precios desde la producción ni a nivel de supermercados ni de mayoristas.
- Con la súper cosecha, ¿ha habido una variación en el precio de los insumos?
- Los cereales siempre se han estado moviendo de acuerdo al mercado de granos de Chicago. Eso marca la tendencia mundial. Los precios se han mantenido muy estables en el último tiempo. A pesar de tener un volumen alto de cosecha, no se ha observado una sobreoferta ni valores más bajos. El mercado internacional está absorbiendo esos niveles de producción. Bienvenido para la Argentina. Lo que pasa es que deberíamos aprovechar y convertir más de esos cereales en proteína -ya sea de carne, cerdo, pollo o huevo- y exportar con valor agregado, dando mayor trabajo al país.
- El sobre abastecimiento del mercado interno que mencionaba, ¿es producto de la crisis actual?
- Los niveles de producción en el país están estables. Se han mantenido a pesar de la situación poco favorable que hay, a los efectos de mantener algo de rentabilidad. Pero esperando mejores tiempos. Los productores han seguido reponiendo planteles y manteniendo los niveles de aves.
Hoy estamos casi con una gallina por habitante y el consumo se ha mantenido en el orden de los 260 a 270 huevos per cápita por año. Y, como el precio se ha sostenido en un nivel bastante accesible, eso ha permitido que no cayera el consumo y pudiera seguir absorbiendo la producción nacional.
- ¿Esperan que se reactive el consumo cuando se supere esta coyuntura?
- Más allá de la crisis, el consumo suele estar en ese 270 y no aumenta. Hemos logrado pasar de los 140 huevos al año por persona en el 270 a los actuales. Se desvirtuó el mito de que el huevo era malo para la salud. La gente tomó conciencia de que no afecta de ninguna manera los índices de colesterol en sangre y hoy estamos en el cuarto lugar de consumo de huevos a nivel mundial. Así que no podemos pedir más que eso.
- Hace un año estaban analizando la posibilidad de elaborar huevo en polvo para exportar. ¿Pudieron avanzar en este sentido?
- No. No se han hecho inversiones para eso. Las exportaciones tampoco han tomado un ritmo como para decir que se reactivaron. Las plantas que elaboran huevo en polvo en el país están trabajando principalmente para consumo interno y no se han vislumbrado aumentos en la demanda de exportadores. Por ahora.
Perfil
Mario Maroto
Es uno de los propietarios de la Granja Avícola Santa Rosa y presidente de la Unión Avícola Regional Andina. La empresa familiar, ubicada en Colonia Segovia (Guaymallén), está en la industria desde 1973. Actualmente, es la segunda generación de la familia la que está al frente del negocio y la tercera se va incorporando. En 2008 fue la única firma avícola de Mendoza que participó en una sociedad de productores que exportaron huevo fresco en cáscara a Angola. El escenario para exportar se complicó con la inflación y la cotización del dólar congelada.