Mario trabaja en la cocina: recibe los ingredientes, los mezcla y prueba cómo queda todo. Le falta de un lado, le sobra del otro, lo arregla. Prueba sus propias recetas, crea nuevas y las sirve en la mesa. Algunos comensales son más exquisitos: "Gustavo (Cerati) le decía a Zeta que se sentara y le pedía que le diga cómo siente la canción: él cerraba los ojos y decía 'lo siento lindo, pero le falta calor en tal u otra parte'. Gustavo acomodaba una cosita y ya estaba. No se ponían obsesivos con lo técnico", cuenta el ingeniero en sonido Mario Breuer. Otros delegan todo al chef: "Andrés Calamaro en los últimos 15 años ha decidido ni meterse. Él decía que tiene una sola forma de cantar, puede hacerlo por siete horas, ni mejor ni peor, pero esa es su manera". Otros, cuenta Mario, aceptan el "pifie" como parte de la preparación, como un ingrediente sorpresa y lo abrazan como la propia voluntad.
Como banda en gira con disco a estrenar, Mario recorre el país visitando las cocinas de distintas provincias, trabajando con grupos nuevos y otros no tanto. Su recetario va de lo dulce a lo salado, de lo suave a lo crocante: un día está trabajando en el último disco de Los Gardelitos y al otro, viene a nuestra provincia a aliñar las maquetas de Spaghetti Western, José Lucano o Mandarina.
En su casa se probaban todos los sabores y él recuerda las voces de Mercedes Sosa, Led Zeppelin, Simon & Garfunkel, Joan Baez y The Beatles. "A los ocho años, cuando tocaba la batería, me juntaba con unos viejos a tocar jazz. Tenía una banda con la que hacíamos covers en las que saltábamos por todos los sonidos", recuerda. Ahora, detrás de las consolas y no de los platillos, el camino se repite: gipsy music, rock pesado, folclore cordobés y si hoy se cruza con algún tango porteño, entra sin pensarlo. "No existe la música buena ni la mala, existe la que me gusta mucho o no tanto", define Mario.
Tal es así el desprejuicio de quien supo trabajar con Luca Prodan, los Redondos y Charly García, que reconoce por dónde pasa el sonido en este siglo XXI: "Al principio la cosa no arrancaba. Pero por ahí, en el 2012 o 2013, aparecieron algunas bandas que me hicieron dar cuenta de toda la música que surge por todo el país". Entre tanto nombre, rescató rápidamente: Los Espíritus, Conociendo Rusia, Ca7riel & Paco Amoroso y los mendocinos Alejo y Valentín. "Yo me cago en los estilos. Ahora hay bandas buenas por todos lados y no me lo quiero perder. No sé qué voy a hacer en mi próxima vida: ojalá sea un sillón de estudio".
Dany "Charlatán" Jiménez trabaja en la historia: ese camino, a veces con asfalto, con ripio o sin delimitar, que pasa por lugares inhóspitos pero que todos conocemos. Es decir, las conexiones entre los hechos y los protagonistas, los paradigmas y las creaciones de la historia del rock. Melómano de espíritu, marca en el mapa nuevos puntos para entender mejor la tierra recorrida.
"Un cambio de paradigma político, la mayoría de las veces, cambia la estructura social. Eso interviene en las escenas musicales. Si vas al punk, es el resultante de un Estado calamitoso que tiene el Reino Unido, un periodo muy oscuro de que logran salir recién en los '80. Y por fuera no sé si hubiese existido de una forma muy clara un Joy Divison en los '90", ejemplifica el musicalizador de Vorterix. Los contextos no siempre son determinantes, afirma, pero sí importantes.
Como cartógrafo de la música, todo el tiempo está explorando. El nuevo milenio trajo mejor luz a la hoja de ruta gracias a internet. Y a los músicos le pasó lo mismo, piensa, mientras disfruta el cruce de influencias en sus creaciones. Con todo cruce, la identidad se mantiene: "Hablamos de lo que existe hasta acá. Dentro de la cultura del rock conviven Björk y Nirvana. Esto no pasa por lo generacional. La música de hoy, el trap, es de hijos de padres rockeros. Se adueñan de eso y crean lo suyo".
Luego de recolectar, agarra el micrófono y comienza a relatar como un trotamundos que cuenta sus andanzas. "Trato que desde lo musical los informes estén atados a algo social o político, que revista un interés para alguien. No me quedo sólo con la música. Trato que el programa tenga música nueva y si voy para atrás, que esté en el marco de una investigación y no contar por contar", reflexiona Dany.
Las recetas y las reseñas: una unión que ofrecerá una visión en torno a las entrañas de la identidad de una forma de ser, vincularse y construirse. Ni en esta nota ni en la charla, entró ni entrará todo lo que hay para decir acerca de la cultura del rock en estos 60 años. Para muchos, puede ser que el rock orgánico se esté desvaneciendo. Pero su naturaleza, el ADN que se trasmite de generación en generación con sus mutaciones, mantendrá el espíritu de quienes confiaron y confían en esta forma de entender el mundo, transformada en la banda de sonido de sus vidas.
60 años de Cultura Rock: un viaje a la historia y el sonido, con Mario Breuer y Dany Jiménez
Día y hora: jueves 10 de octubre, a las 21 horas.
Lugar: Cervecería 23 Ríos (Boedo y Acceso Sur, Luján de Cuyo).
Entradas: Anticipadas a $350 en 23 Ríos e Instituto Rec. Entrada general $400 a través de Eventbrite.