Sabrina Maribel Espejo (25) es la primera transexual del Valle de Uco que obtuvo su DNI tras la Ley de Identidad de Género sancionada en mayo de 2012.
Pero no se quedó sólo con eso: desde que ocupó un cargo en el Área de la Mujer de Tunuyán hasta hoy sigue ayudando a personas de su misma condición. Además proyecta fundar una asociación sin fines de lucro para difundir los problemas que padece la comunidad LGBT, generar conciencia y desarrollar actos de integración y contra la violencia.
Desde que el 9 de mayo de 2012 el Senado aprobó por unanimidad la norma de reconocimiento de filiación de personas transexuales, cientos se presentaron en registros civiles de todo el país para obtener el documento que las reconociera como tales.
Ese fue el caso de Maribel, quien encontró obstáculos incluso al realizar el trámite de inscripción. “Hace 3 años en el Registro de acá (Tunuyán) no sabían cómo hacerlo. No sabían como realizar la ficha porque era todo muy nuevo”, cuenta a Los Andes.
"Volví a mi casa e imprimí el número de ley y ellos hablaron con un funcionario de Mendoza que les dijo cómo hacerlo”, agrega ‘Marilyn’, como la llaman. A los días, el flamante documento llegó a sus manos e “inauguró” la Ley en el Valle de Uco.
“Cuando me llamaron fui a retirarlo y tuve muy buena aceptación. Pueden parecer cosas mínimas pero para quien pasa por todo este proceso, no es una cuestión mínima. Ese día fue hermoso. La jefa del Registro Civil me regaló un ramo de flores y todos me felicitaron”, recuerda con emoción.
Aunque nunca debió recurrir a la prostitución para ganarse la vida, entiende que muchas otras transexuales deban llegar a eso, ya sea por la discriminación que aún hoy sufren o porque para muchas “es un camino más fácil para tener plata”. Sabiendo que no quería eso para su vida, Maribel comenzó a capacitarse y, tras realizar varios cursos, se formó como esteticista, oficio con el que se sustenta.
A eso suma una carrera artística que, por el momento, está vedada al público en general. Es que si bien le apasionan el baile y el canto flamenco, que estudia desde hace un tiempo, admite no estar lista para enfrentar a la sociedad sobre un escenario.
“Tengo que animarme a hacerlo pero es algo muy fuerte porque es muy nuevo. Me dolería muchísimo que no se viera el arte. Si me criticaran el arte estaría bien, pero si me criticaran como cantante por ser trans, me dolería muchísimo. Eso me frena”, explica Maribel, quien se define como una “mujer trans”.
"Lo primordial es la identidad"
Para afrontar los prejuicios y desafíos con los que un homosexual debe lidiar, el pilar fundamental de Maribel es su familia. "Soy completamente aceptada por mi familia y de ella obtengo la fuerza para seguir luchando", dice.
De hecho, fueron sus padres quienes le dieron sus nuevos nombres, esta vez de mujer. “Mi papá eligió Sabrina y mi mamá Maribel. Si mi destino hubiera sido diferente tendría esos nombres, aunque a mí realmente no me gustan”, explica.
Es que más allá del nombre, lo que entusiasma a Maribel es que logró obtener la identidad de género. “Cuando tenés algo que te identifica con el sexo que te sentís sos transexual”, detalla con naturalidad. Y sentencia: “Todos para llegar a eso pasamos por ser gay, travesti, hasta llegar a trans. Lo más importante para llegar a eso es la identidad”.
“Cuando obtuve mi nuevo documento, murió la otra persona que era. A mí no me definirían como mujer un par de lolas. Y si tuviera la oportunidad, aunque una operación de cambio de sexo es muy cara, no es mi urgencia porque la sexualidad con que nací no me define como la mujer que soy. Me define lo que pienso y siento, y mi forma de actuar”.
Marilyn admite haberse sometido a tratamientos hormonales pero reconoce que una operación de cambio de sexo, en su opinión, es “ir muy contra la naturaleza, siendo que vas a seguir sintiendo y pensando igual con o sin vagina”.
Y lo dice quien ha sentido la forma en que algunos la miran distinto en su Tunuyán natal. Y aunque descarta dejar la tierra que ama, sabe que muchas otras transexuales padecen la discriminación, sobre todo al tratarse de “un pueblo chico, donde la gente es más conservadora”.
La ex funcionaria municipal afirma que 12 trans han tramitado el nuevo documento en ese departamento y alrededor de 20 en todo el Valle de Uco.
“Este año ayudé a anotarse a tres chicas. Las ayudé y me llenó de orgullo. Es tan lindo que te reconozca el Estado y tener los mismos derechos que el resto”, sostiene Maribel casi en un suspiro.
Una ONG en camino
Maribel Espejo ha sido tentada por un organismo nacional para trabajar por los derechos de la comunidad LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y trans).
Pero mientras analiza la propuesta, planea crear su propia asociación de ayuda.
“El fin sería trabajar contra la violencia de género en mujeres trans y hetero y hacer cosas para que vean que tenemos intenciones de incluirnos en la sociedad. Me gustaría hacer eventos, por ejemplo para el Día del Niño o en hogares de ancianos”, cuenta.
Y dice que su idea “es trabajar con un equipo de profesionales y sería la primera en el Valle de Uco. Mi objetivo es explicarle a la gente quiénes somos y también para facilitarles el camino a las chicas trans que vendrán. Yo veo Maribeles por todos lados y no me puedo hacer la distraída”, cierra.