Cuando algo hinca fuerte en tu interior, siempre se buscan nuevas formas de reproducir lo que uno siente. En el caso de Mariana, la música es el medio por el que siente, piensa, se expresa y transmite sus ideas. Una artista que ha pasado del rock a los boleros, y que hoy manifiesta su estilo en los escenarios de todas las formas en las que le surgen.
El fin de semana pasado, la cantante actuó como solista, y también junto a su banda de boleros, Diamantes del Päraway. Ahora Mariana está de nuevo en Buenos Aires para brindar algunos conciertos.
Una nueva puerta se abrió para ella, pero a la vez un campo totalmente desconocido que la puso a prueba otra vez. "La verdad que la banda de boleros fue un desafío entero. Primero porque es una banda desde cero. No soy yo y otras personas, es una banda donde todos decidimos y arreglamos juntos las canciones. Nunca había cantado boleros, tuve que aprender. Tampoco había tocado. Me pareció re interesante analizar cómo es esa música", aseguró la cantante en una charla con Los Andes.
El grupo formado por Mariana Päraway (voz y guitarra), Juan Diamante (requinto y voz), Martín Gorbano (trompeta y flugelhorn), Ailín Bracamonte (percusión, accesorios y voz), Matías Poulsen (contrabajo) y Rosario González (violín), cada vez gana más seguidores y corazones en la provincia.
"Me parece que esta música hace que lleguemos a distintos públicos. La gente se va emocionada. Es una experiencia muy hermosa y nos sentimos siempre muy felices tocando con mis compañeros".
Por otra parte, desde 2011 que la cantante mendocina comenzó con su carrera solista y continúa sumando logros. Ya tiene tres discos de estudio y viaja por el país presentando sus canciones más emblemáticas. "Actualmente estoy trabajando con una productora de Buenos Aires, arrancando los ensayos y tratando de generar shows con mi banda". Además contó que está colaborando con canciones de otros artistas, algo nuevo para ella: "es una faceta que no había hecho nunca y me súper motiva".
Una lucha que continúa
Mariana forma parte de un grupo de artistas que defienden los derechos de las mujeres, principalmente en el ámbito musical. Es un rasgo que la caracteriza y se ha vuelto una figura reconocida en esa militancia. Hace poco se aprobó el cupo femenino en festivales y ella fue una de las que por años luchó para dar esta oportunidad a las que están y a las que vienen.
"Es muy loco que tenga que haber una ley que nos dé lugar, ¿viste? Para mí, zarpado, y ahora hay que trabajar para que este derecho sea considerado como tal por la sociedad", explicó. Además insiste en que las ideas que en la sociedad ya están instaladas son las más difíciles de cambiar, es allí donde hay que poner énfasis. "El feminismo lo que tiene es que una vez que te sacás la venda, no hay forma de volver atrás, y ves todas las desigualdades, el acoso, el ninguneo y todas estas cosas. Predico mucho la igualdad".
Esta lucha es algo que forma parte de su música y principalmente de sus redes, es una mujer que no tiene miedo de decir lo que piensa. "Escribo así porque es mi experiencia, cómo lo vivo yo, desde yo (ríe). Estoy más empapada, atenta y atravesada por estas temáticas".
La otra cara de la moneda
Como en algún momento le tocó a ella, hoy se encuentra en ''el otro lugar''. Una faceta que la enorgullece y la hace crecer como artista es enseñar. La cantautora da clases de música y admite que es algo que disfruta mucho, principalmente porque la mayoría de sus alumnas son mujeres.
"Veo muchísimo potencial. Tengo muchas alumnas mujeres. Tienen un acceso a herramientas que la gente de mi edad no tuvo, mucho apoyo de los padres".
Más allá de compartir sus conocimientos, disfruta de unirse a sus alumnos por la música.
"Me gusta mucho componer con mis alumnes, que exploren adentro suyo a ver qué tienen para dar", contó. "Aprender música te sienta ciertos valores que tienen que ver con la escucha del otro, con esperar los turnos, con respetar al que tenés al lado."
Este mes está en Buenos Aires para a tocar en dos shows: anoche junto a Acorazado Potemkin y el fin de semana próximo con Lucio Mantel.
"En Niceto, que es más rockero, más fuerte, toqué con la computadora y la guitarra. Y en Congo, que de hecho es el día de mi cumpleaños, cumplo 40, es más acústico".
Una artista que siempre da que hablar, que no se queda quieta y constantemente está buscando nuevas oportunidades para expresarse, sentir y demostrar.