Dice Mariana Fabbiani que este año que pasó alejada de la televisión -en el que sólo condujo excepcionalmente la entrega de los Martín Fierro y de los premios Tato- quería aprovecharlo para rearmarse y recuperar las ganas de hacer algo distinto. Se nota que tuvo éxito en la frescura de esa sonrisa perfecta que la caracteriza, con la que corona cada una de sus frases y en la energía con la que da detalles de su inminente regreso a la conducción.
“La verdad es que tenía ganas de tomarme este año para mí, para disfrutarlo con mi hija (Matilda, de 2 años). Me encantó comprobar que si estoy alejada de la tele tengo una vida que está buenísima también”, explica. Pero cuenta que, hace unos seis meses, Adrián Suar le presentó un proyecto que la entusiasmó y la llevó a dejar esa vida de introspección y de maternidad full time para volver. “A medida que empezamos a laburar en el programa me empezaron a venir esas ganas y esa ansiedad que te hacen dar cuenta de por qué te dedicás a lo que te dedicás”, describe.
El lunes 7 de enero Fabbiani regresará a la televisión y a El Trece, el canal en el que debutó hace casi dos décadas como actriz, en “Son de Diez”, y luego como conductora, en PNP. En este caso conducirá “El artista del año”, el reality show realizado por Mandarina (productora de la que su marido, Mariano Chihade, es uno de los dueños) y Endemol, que premiará al ganador con un papel protagónico en una futura ficción de Pol-ka.
El ciclo irá en vivo de lunes a viernes, y semanalmente habrá una gala central denominada “La gran función”. Los participantes convivirán en un espacio construido especialmente para el ciclo: “El conservatorio”, donde deberán desarrollar sus aptitudes para el baile, el canto, la actuación y la imitación. En las transmisiones diarias, Fabbiani va a estar acompañada por Ronnie Arias y Diego Reinhold. La conductora adelanta que serán mucho más distendidas que las galas semanales, en las que los concursantes se expondrán a la mirada crítica de los ‘mentores’, nada menos que Nicolás Repetto y Nacha Guevara (más un “mentor invitado” por semana), que acompañarán y juzgarán su crecimiento como artistas.
A Fabbiani se la nota entusiasmada con el inminente estreno del programa. La diferencia más importante con otros trabajos anteriores es que esta vez participó del proyecto desde el armado. “No hay otra manera. Si no te involucrás con lo que estás haciendo, dedicate a otra cosa -sentencia-. Yo pongo el cuerpo a los programas que hago. A todos. Y me termino encariñando muchísimo”.
-¿
Qué diferencia a "El artista..." de tantos otros programas de casting televisados?
- Creo que la respuesta la vas a tener realmente cuando lo veas. Es difícil de explicar, porque si los comparás, vos decís “¿tengo un jurado?”, y sí, tengo un jurado. Pero es distinto, porque este jurado no va a estar sólo juzgando sino que va a acompañar el proceso de los chicos, por eso es que nosotros les decimos “mentores”. Si yo tuviera que definir algo que lo diferencia del resto, sería que los pibes se van a estar formando y que la gente va a poder ver el cambio. Es un programa muy grande, muy cuidado, pero me gustaría que la gente definiera lo que lo diferencia de los demás. Si digo exactamente lo que se me cruza por la cabeza, tengo miedo de que quede pretencioso o soberbio, porque uno siempre piensa que lo que está haciendo está buenísimo.
- ¿Qué te hizo definirte por este proyecto para volver a la televisión?
- Adrián (Suar) me venía ofreciendo cosas hace mucho tiempo, pero no es que yo me resistía sino que estaba esperando el proyecto que me hiciera tomar la decisión. Cuando apareció esta idea sentí que quizás era por acá. Me gustó el desafío de armar un programa de cero y que tuviera tanto que ver con lo artístico. Está hecho con la pretensión de ser excelente, pero con la intención de estar al alcance de todos. Buscamos que no hiciera falta interpretar difícilmente lo que se ve. ¡Es televisión!
- Claro, porque incluso el título puede llegar a sonar pretencioso.
- Sí, es un título fuerte. Ya la palabra ‘artista’ me parece súper fuerte y está muy bastardeada. Cuando buscábamos el título me preguntaba qué es un artista. Porque no lo sé muy bien. ¿Artista se hace, se nace? Y en esa discusión empezamos a armar este proyecto. Después, ver a los chicos, los casting, las ganas, me conectó con un montón de cosas que sentí cuando empecé a trabajar en esto. Yo tengo mucho respeto por lo artístico. Para mí, artista es mi abuelo (el compositor y pianista Mariano Mores). Tengo una vara muy alta, eso es lo que me pasa (ríe). Por eso tengo mucho respeto por la palabra también, porque siento que artista es mucho más que el que trabaja en este medio.
- ¿Sos consciente del crecimiento que tuviste y del lugar que te ganaste en el medio en estos últimos años?
- A veces sí y a veces no. No me hago mucho cargo de eso. Yo trabajo, disfruto de lo que hago y le saco ese peso. Eso hace que no tenga tantos miedos. ¿Qué puede pasar? ¿Que no guste? Y bueno, no siempre le va a gustar a todo el mundo lo que haga. Lo que sí me preocuparía sería hacer algo con lo que yo no estuviera conforme.
- ¿Alguna vez te pasó?
No, porque elijo muy bien. Realmente doy pasos muy seguros, no me apuro, no soy ansiosa. Y bueno, si me equivoco va a ser convencida de que lo que hacía estaba bien. Con los años y la madurez dejé de poner el acento en la opinión de los demás y empecé a concentrarme en lo que hacía yo. Sí sé que en este medio es muy difícil mantenerse, entonces hay que trabajar. Yo soy muy disciplinada y muy cuidadosa con el laburo.
-
Este último año que no estuviste al aire, ¿qué cosas te gustaron de la tele como espectadora?
- Me cuesta mucho hablar de los demás porque siento que no es elegante hablar del trabajo de los colegas y menos si no estuve al aire. Además, me da mucha ansiedad mirar televisión. No sé si porque hice programas de archivo durante tanto tiempo, pero no me puedo relajar y disfrutarlo como espectadora. No puedo evitar ver los hilos. Quizá lo que más me relaja es la ficción. Yo amo la televisión, no reniego. No soy de las que piensan que la tele tiene que educar, informar... Me parece que, sobre todo, la tele tiene que entretener. Yo, como animadora, busco eso. Defiendo mucho ese rol de la tele de entretener y despejar la cabeza del que está mirando.