Pasaron ya 10 años de la noche en que María Paula García fue coronada Reina Nacional de la Vendimia, el 3 de marzo de 2007, ante más de 30 mil personas en el teatro griego Frank Romero Day.
Luego de finalizada la Fiesta, que se llamó “Pentagrama de Hileras”, la bella representante de Guaymallén obtuvo 51 votos, uno más que la virreina, Sabrina Álvarez (Luján de Cuyo), logrando así la novena corona nacional para su departamento. Tenía 21 años y estudiaba Recursos Humanos.
Hoy, con 31 años, dialogó con Los Andes para revivir cómo ha sido esta década, sus crecimientos y aprendizajes. Además, sigue mantenido el mismo compromiso con los inmigrantes que cuando tenía 16 años. Eso le valió el reconocimiento del cónsul de Bolivia cuando visitó el Consulado y saludó una a una a las personas que allí se encontraban, siendo Reina de Guaymallén.
“Te agradezco por ponerte a la misma altura que mis compadres, aun sabiendo que tienen olor a trabajo, porque no cualquiera lo hace”, le expresó. Y es uno de los mayores tesoros que guarda en sus recuerdos.
Actualmente, trabaja como profesora de Nivel Secundario y se encuentra estudiando una nueva carrera. Con la simpatía que la caracterizó siempre, Paula cuenta detalles de su vida personal, sus proyectos como madre y cómo vive Vendimia en estos días.
-¿Cómo ves a la María Paula García de hace 10 años?
-Guau, qué difícil... Fue una etapa de mucho crecimiento a nivel personal y profesional, porque fue un desafío muy grande para mí debido a mi timidez. Las actividades me ayudaron a enfrentar eso, además de superar mi inseguridad, lo que me permitió terminar mi carrera y encarar un nuevo trabajo desde otro lado.
-¿A qué tipo de actividades te referís?
-Nunca me hubiera imaginado estar sentada en la misma mesa que un gobernador, o poder conocer a un presidente. Siempre digo que uno ve en los libros de historia que hablan de Perón o Yrigoyen. Yo conocí personalmente a Néstor Kirchner cuando era presidente y después a Cristina Fernández, cuando asumió la presidencia siendo (Julio) Cobos vicepresidente. También fue muy importante la posibilidad de llegar a todos los departamentos y conocer a tanta gente.
-¿Qué consejos te darías si te tuvieses adelante con esa edad, a partir de la madurez que tenés hoy?
-Era nada que ver con lo que soy ahora. Siempre le digo a mi mamá ‘qué lástima no haber sido más viva para aprovechar las oportunidades’. Por ejemplo, no me animé a sentarme a hablar con el entonces ministro de Cultura, Pedro Marabini, para poder hacer un montón de cosas que quería, porque me daba vergüenza. Ahora se me ocurren proyectos y digo ‘¡qué lástima no haberlos hecho ese año!’.
-Terminaste tu carrera de Recursos Humanos, pero trabajás como profesora.
-Sí, nada que ver lo que hago. Soy profesora en el colegio Monseñor Scalabrini. Pero, además, estoy estudiando una nueva carrera, para ser visitadora médica. Estoy en tercer año, así que ya la termino. Me la sugirió mi papá, que se jubiló como visitador médico, porque sabe que me gusta viajar. Y más adelante tengo pensado retomar Psicología, porque cursé 6 meses y después dejé. Ahora la quiero terminar.
-Son carreras muy distintas entre sí
-Y, más o menos. Bah, todas tienen como punto en común la gente, el contacto con las personas, que es lo que a mí me gusta. A los 16 años empecé a participar en un grupo misionero de migrantes. Desde el año pasado logramos crear el Banco de Empleo para Migrantes, que funciona en Dorrego, Guaymallén.
-¿Cómo es tu vida hoy?
-Ya hace 5 años que vivo sola, en Ciudad. Estuve en pareja, pero la relación se terminó. Estoy proyectando mi vida tranquila, me estoy dedicando a viajar, porque eso te permite conocer otras culturas y abrir la cabeza. Es un mérito personal poder hacerlo y es dinero invertido en una misma.
En cuanto a la maternidad, no descarto ser madre soltera. Estuve pensando en anotarme para adoptar. De manera natural no se ha dado, así que no lo descarto. Tengo ganas de ser madre a corto plazo, pero depende de varios factores. También tengo planes de tener mi casa propia.
-¿Has seguido en contacto con Vendimia?
-Al principio viví todo con mucho furor, porque me metí de lleno en la Corenave (Comisión de Reinas Nacionales de la Vendimia); yo soy así, me comprometo en serio. Después empecé a trabajar y me alejé un poco, pero ahora estoy más acomodada en la vida y me he vuelto a acercar, más que nada para estar con las chicas que vienen y acompañarlas.
-¿Qué significa Vendimia para vos?
-Es la culminación de un año de trabajo. Yo no he trabajado la tierra, pero mis abuelos sí. En lo personal, Vendimia me cambió la vida. Todos los años lo vivo en forma diferente. A donde sea que vaya lo saco a relucir, porque es sumamente significativa. Sigo sintiendo el mismo compromiso en promocionar la fiesta que cuando fui Reina.