Histórico: Tupungato eligió a una joven mamá como Reina

Tupungato hizo historia al coronar a una joven mamá por primera vez como Reina, luego de que el protocolo vendimial fuera modificado años atrás. Se trata de la bella María José Di Marco, quien representó al distrito Cordón del Plata.

El público fue el gran protagonista de anoche en el Valle de Uco. La magia desbordó en las gradas. Unas 10 mil personas ovacionaron las propuestas artísticas, se emocionaron de pie ante el paso de la Virgen de la Carrodilla, improvisaron verdaderos campings frente al escenario y constituyeron coloridos "bochinches" con cada barra.

Fue ese mismo público que eligió, pasada la medianoche, a María José Di Marcocomo su nueva soberana departamental. La dulce rubia, de 22 años, es la primera reina en Mendoza en consagrarse como tal siendo mamá -tiene una nena de dos años-.

"Para la bella madraza", la elogiaron con frases que acompañaban a sus votos.

Las barras, el gran atractivo

Desde la previa, la rubia del Cordón del Plata sonaba entre las favoritas. Las barras llevaron verdaderos arsenales de bombos, cornetas, carteles y se 'lookearon' para la ocasión. Sobresalieron la de San José y El Peral.

"Cuenten conmigo, con mi orgullo y mi voluntad de representarlos como merecen", dijo María José tras ser coronada. La joven mamá se impuso con clara ventaja, por 60 votos frente a los 29 que obtuvo Romina Cardozo, la candidata del distrito anfitrión El Peral. 

El escrutinio más reñido se dio con el virreinado, donde durante toda la noche la chica de El Peral dirimió su puesto con la joven de San José, Brisa Manzanel, quien quedó en el tercer puesto.

Como desde hace tres años en Tupungato, durante la previa y bajo la mirada de una escribana pública, se sortearon por bolillero los 15 números que acreditaron como votantes a quienes los tenían como últimas cifras de su DNI.

Viajar a través del tiempo

Después de que varios grupos locales y la banda militar Talcahuano hicieran estallar al público en la previa, la puesta vendimial empezó con estallidos de luces en el teatro griego del camping municipal.

Emulando el relato bíblico de los inicios del mundo y seguido por un enorme reloj, el tiempo se presentó como el gran relator de la noche y el Agua, como su compañera.

Ambos, invitaron a los espectadores a viajar al pasado de los huarpes y nuestros inmigrantes, al futuro bailando un malambo al ritmo de marcha, al tiempo de cosecha con una chacarera rockera y hasta hubo un aterrizaje en el vino joven, donde una bandada de adolescentes hizo explotar el teatro griego tupungatino con sus danzas ágiles y coloridas.

Tanto ir y venir en el tiempo tenía una excusa pedagógica. Fueron dos chicos citadinos -cuya familia había decidido pasar un “día distinto” en la finca de don Oscar y doña Inés- quienes le pedían al Tiempo conocer más sobre la vendimia y sus orígenes.

La música en vivo -algo deslucida por fallas técnicas- y los excelentes recursos actorales ayudaron a levantar un guión muy pedagógico, pero que por momentos adoleció de claridad, conexión y vuelo poético.

Uno de los cuadros más aplaudidos fue el de los primeros viajeros: los inmigrantes. Como salidos de fotos que los inmortalizaron en el tiempo, cada grupo cobró vida conquistó con sus danzas y coloridos propios. Otro fue el baile del club, donde se conocieron don Oscar y doña Inés. Campeonato de truco, vals de las reinas y guitarrón fueron parte del convite.

"Madre te pido que un milagro tuyo convierta el granizo en dulce agua bendita", pidió Oscar, el agricultor y la imagen de Virgen apareció entre las gradas, mientras que la gente saludaba de pie. Fue quizá el momento más emotivo en la impecable puesta de la Vendimia del Agua y el Tiempo Mágico".

Las referencias al agua y la importancia de su cuidado se repitieron en todo el espectáculo, escrito por Óscar Arreguez y dirigido por Orlando Herrera. El final fue un homenaje al país, con bailarinas vestidas con banderas.