Reducir las inequidades que genera el desempleo, batallar en contra de los actos corruptos, desarrollar estrategias de negocios coherente con el medio ambiente y la comunidad, son parte de los objetivos que se ha planteado María Inés Amoretti, flamante presidenta de Asociación Cristiana de Dirigentes de la Empresa (ACDE).
Sabe que enfrenta una tarea inmensa y sabe que la forma de lograrlos es trabajando con otras entidades empresariales que buscan activamente el bien común.
“Solemos pensar que valores como la justicia, el valor de la palabra, el incluir a los otros, son responsabilidades que poco nos competen y que están en manos de organismos del gobierno o la justicia. Con ello nos desligamos de muchas de las consecuencias de nuestros actos. Debemos comprender que, aún sin ser conscientes de ello, aportamos una cuota importante de la falta de confianza que impera en la sociedad en la que vivimos y que tanto criticamos y queremos cambiar”, desliza la dirigente.
En su charla abarcó el rol de la mujer, de los jóvenes en los negocios y los próximos pasos de ACDE en Mendoza.
-¿Cómo ve a los jóvenes?
-Son fundamentales en la construcción de una sociedad más justa, más inclusiva y más humana. Creo que ellos tienen todo el potencial y tienen la motivación. Hay grupos que sólo miran la económico y sus posibilidades personales, que privilegian lo individual frente a lo grupal.
También hay jóvenes que quieren construir algo mejor y otro grupo que es “convencible” a los que hay que atraerlos y enamorarlos de buscar el bien común en sus actividades. Soñamos con un ACDE que sea semillero de jóvenes líderes éticos y comprometidos con los cambios que merecemos como sociedad.
Escuché hace pocos años a un director de una de las más prestigiosas escuelas de negocios del país, contando que a los aspirantes de los MBA les preguntaban qué deseaban para su futuro. Un gran porcentaje contestaba que servir a la sociedad, transformar el entorno, y demás.
Dos años después, al egresar, les hacían la misma pregunta y la respuesta general era “ganar suficiente para jubilarme pronto y dedicarme a disfrutar de la vida”. Ellos se preguntaban, ¿qué les hicimos a estos jóvenes?.
Debemos revertir estas tendencia para ciertos grupos donde sólo se privilegia la esfera individual, sin importar el otro.
-¿Cuál es el rol que hoy cumple la mujer en el mundo de los negocios y de la empresa?
- Creo que tiene mucho para dar. Las mujeres tenemos nuestro corazón dividido entre familia y trabajo. Desgraciadamente la mujer se ha visto en la alternativa de decidir por el trabajo a costa de la familia, entonces creo que deben existir mecanismos para equilibrar esos aspectos, porque cuando se saca a la madre de esa familia esos hijos no crecen igual que con una madre más presente.
Si bien tenemos mucho que aportar al mundo laboral, pero sin descuidar la familia, con equilibrio para que no haga que esos chicos crezcan sin madre, con el consecuente daño para la sociedad entera.
-¿Cuáles serían las soluciones?
-Tendría que haber un cambio de paradigma, de cómo equilibrar la maternidad con el trabajo. Por ejemplo deben existir más opciones de teletrabajo, de horarios más flexibles, todos tenemos que poner creatividad en este nuevo diseño que es necesario.
-¿Existe una preocupación común entre los empresarios mendocinos?
-Lo que yo detecto es que hay un gran desarrollo de muchos empresarios que quieren hacer las cosas bien y que muchas veces no sienten que la legislación o los gobiernos los ayuden a hacerlo. Por ejemplo a través de las cargas impositivas que a veces son excesivas.
Hoy no es atractivo pagar impuestos, el que hace las cosas bien pero quiere cambiar de carril y colocar todos sus números al día tampoco le es atractivo porque ve como sufren lo que están pagando hoy sus impuestos y sus obligaciones.
No son atractivos muchos planes de inclusión laboral que ayudan a bajar el desempleo. Al presente se está generando una ley del primer empleo pero hay que hacer muchas cosas para ayudar a los que quieran hacer las cosas bien las puedan realmente hacer.
Veo que muchos empresarios y directivos quieren hacer las cosas bien y necesitamos entrar en conversaciones con el gobierno y las universidades para que nos ayuden en esos objetivos.
-¿Existen otras preocupaciones?
-Sí, la dificultad de luchar contra la corrupción. Aquí hay que distinguir dos partes; está el ejecutivo o empresario, que son como los jóvenes, siempre hay una proporción que hace las cosas mal y las quieren seguir haciendo así.
También existe una porción que siempre hace las cosas bien cueste lo que le cueste, pero también hay un grupo que querría trabajar bien pero que muchas veces se siente sólo en la batalla y siente que no puede enfrentar en solitario el enquiste corrupto que hay en distintos lados.
Perfil
María Inés Amoretti (53), casada con 5 hijos. Arribó a ACDE, según sus palabras por el amor. Sus almuerzos familiares estaban matizados por las palabras de su padre, Alejandro Amoretti, quien fue también presidente de ACDE y empresario de la Compañía Cuyana de Cómputos.
Sus días los reparte entre numerosas actividades como su labor como presidenta de ACDE y disfrutar de su familia.