María Domínguez es una incansable luchadora de los derechos humanos y hoy seguramente vive uno de los días más felices de su vida. La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo en Mendoza tuvo que esperar casi 4 décadas para disfrutar de su nieta Claudia.
"Esto es para que se tome real dimensión del terrible daño que hicieron estos asesinos".
"Pero acá estamos junto a Claudia. Todo el pueblo argentino tiene que tener conciencia de esto”, expresó entre lágrimas María.
A sus 83 años, María no se olvida de los momentos difíciles. "Nos veían marchar y nos insultaban”, recordó. Jamás olvidará aquel 9 de diciembre de 1977 cuando le arrancaron a su hijo Walter en Godoy Cruz.
Walter Hernán Domínguez era chofer de colectivo y estudiaba arquitectura cuando fue secuestrado junto a su esposa Gladys Castro, embarazada de 6 meses. Nunca más se supo de ellos ni del bebé que esperaban para marzo de 1978.
Durante la conferencia de prensa en Radio Nacional, María contó como fue el primer encuentro con su nieta. “Se organizó una reunión con absoluta reserva. Tuvimos que mentir para cuidar la identidad de Claudia, pero fue una mentira linda”, dijo entre risas.
“En los primeros encuentros Claudia tenía que dejar el auto lejos y se venía caminando a mi casa. Esto es un proceso lento pero ella lo está transitando de la mejor manera. La felicidad más grande es que no solo estamos con Claudia sino con sus tres hijos y su marido, que son una hermosa familia”.
“No tengo mucho más que decir, simplemente agradecerles a todos por el apoyo y el acompañamiento durante todos estos años. Los medios de comunicación también son una parte importante en todo esto. Seguiremos peleando por la verdad, la memoria y les deseo un muy feliz día a todas las madres el próximo domingo”, concluyó emocionada.