"Yo me corto un dedo y te lo vas a comer" le decía Alé a María del Mar en pleno brote

Por primera vez la ex esposa de Matías Alé contó todo lo que vivió cuando Matías Alé tuvo su brote. Un escalofriante testimonio.

"Yo me corto un dedo y te lo vas a comer" le decía Alé a María del Mar en pleno brote

María del Mar fue a los Intrusos para contar su historia. Todo lo que vivió aquel 3 de noviembre cuando Matías Alé tuvo un brote psicótico con delirio místico que lo llevó a ser internado por 41 días. Es la primera vez que ella habla abiertamente sobre lo que vivió.

Su testimonio comenzó así: "Ese día, a las 8 de la tarde (era lunes) llegó su hermano (Elías), el médico y mi mamá Nancy. El médico autorizó la internación, pero como Matías era mayor de edad y no se quería internar, le recetó unas gotas. El médico me indicó darle las gotas, se retiró y vino a buscarlo la ambulancia. A todo esto, estuve todo el día encerrada en el departamento, no podía salir ni abrir las ventanas por pedido de él. Cuando se va el médico, el hermano me dice que tenía hambre, que se iba a comprar comida y lo mantenga al tanto. Su amigo Luciano también se fue a comprar las gotitas. Ahí me quedo sola con Matías y mi mamá".

"Ahí es cuando Matías -sigue María entre lágrimas- cierra la puerta y nos dice que ya no entra ni sale más nadie, que nos quedamos los tres solos. Entonces, empieza a pasar de todo, como música a todo volumen, gritos, rezos, a pedirnos que cantemos, bailemos, saltemos . Cuando llega Luciano, no lo deja entrar. Decía que Luciano era el diablo y no lo iba a dejar entrar. Entonces, le digo que le abra a Luciano, que tenía hambre. Hasta que en un momento me dice 'si tenés hambre, yo me corto un dedo y te lo vas a comer'. Yo le decía que no. Había que llevar la situación...".

La situación le dio terror a esta esposa recién casada. "Me escapé como pude y me fui, salí corriendo. Llegué al pasillo, llamé al ascensor y cuando me doy vuelta, veo que sale mi mamá, pero que atrás venía Matías. No llegamos a subir al ascensor. Nos quedamos en el pasillo. Nos tenía agarradas del cuello contra el piso, sobre nosotras. Pasó un rato, salieron vecinos y nadie hizo nada. Más allá de que no hubo agresión física, nosotras gritamos. Ahí fue cuando se abrió el ascensor y vi muchos policías y médicos. Me acuerdo que no me soltaba y que la policía no lo podía agarrar. A mí me sacó una mujer policía", remató.

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