María de Jesús Patricio: una indígena contra los dinosaurios de la política

La aborigen nahuatl, de 53 años, recorre el país para legitimar su candidatura a presidenta. Su objetivo es defender los pueblos originarios y sus territorios.

María de Jesús Patricio: una indígena contra los dinosaurios de la política

Es menuda y discreta, viste una blusa nahuatl, jeans y sandalias. María de Jesús Patricio, madre de 3 hijos, de 53 años, busca ser la primera mujer aborigen en México en enfrentar a la élite política en las próximas elecciones presidenciales para defender a los pueblos originarios y sus territorios.

En un país profundamente machista, racista y clasista, “Marichuy” -como la llaman sus allegados- tendrá que jugar con las cartas de ser mujer, indígena y originaria de una comunidad pobre, para pelear la contienda contra los dinosaurios del establishment.

Así, María hizo un paréntesis en su vida familiar y en su práctica de la medicina herbolaria para desafiar el prejuicio de que la mujer está "arrinconada" para ser un personaje "de segunda o de tercera", cuyo quehacer se limita a la casa y la familia.

“Usaremos las herramientas electorales que han usado los que están en el poder, porque por años ellos han usado esas herramientas para manipular a la gente e imponerles”, dice. “Nuestra idea es echarles a perder la fiesta, porque para ellos las elecciones son una fiesta pero para el pueblo, pues no, ¿verdad?”, agrega.

María, de sangre náhuatl, nació en Tuxpan, Jalisco. Es vocera del Congreso Nacional Indígena (CNI), que reúne a casi medio centenar de pueblos y tribus de México. Por iniciativa de la ex guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el CNI la eligió para buscar la candidatura presidencial en 2018.

El año que viene, por primera vez, podrán participar candidatos que no pertenezcan a ningún partido político. Para ser uno de ellos, María deberá cumplir con una serie de complicados requisitos, como reunir casi un millón de firmas por todo el país.

Pero para "Marichuy", el objetivo no es reunir las firmas ni ganar la presidencia, sino aprovechar la oportunidad para "organizar a comunidades indígenas vecinas, hermanas, llevar la información" sobre un nuevo movimiento que proponga un modelo de gobierno en el que "el pueblo decida el destino de México".

“No vamos con miras a ocupar el poder, no. Más bien nuestro objetivo es llegar abajo, con toda esa gente, recorrer todo el país e ir escuchando la situación que están viviendo”, explica.

La batalla de María, al igual que la de todos los pueblos indígenas, es por la defensa del agua, el aire y el suelo por encima de los intereses de las empresas.

"Quitar el capitalismo"

“Por años, las comunidades parece que no son escuchadas, ni vistas, ni se les resuelven los problemas. Al contrario, se van agudizando más los problemas” que las marginan, como la pobreza, la destrucción de sus territorios, la falta de acceso a la salud, la educación y la justicia, dice María con su voz tenue.

Los indígenas “se están muriendo y como si no pasara nada, porque de esto no se dice nada allá arriba” en las cúpulas del poder, dice indignada. “Nos están desapareciendo quedito (de a poquito)”, denuncia.

María tiene claro que debe “quitar el sistema actual capitalista” para poder “luchar por la vida, que es no solamente para las comunidades sino para todos los mexicanos”.

La batalla de María, al igual que la de todos los pueblos indígenas, es por la defensa del agua, el aire y el suelo por encima de los intereses de las empresas.

“Están destruyendo toda la naturaleza y eso es lo que nos da vida”, sostiene.

"Con mente y corazón"

¿Busca implantar un modelo comunista? Se pone pensativa un momento y responde sonriendo: “No sé cómo le podrían llamar ustedes, pero yo digo que más bien es un sistema organizativo”.

“Marichuy” solo terminó el bachillerato y nunca se imaginó ser precandidata a la presidencia. Tampoco se asume como un modelo para otras mujeres. “Yo digo que, como yo, hay más mujeres que están en la lucha, solamente que no se han visto”, asegura.

Junto a María hay varios miembros del CNI que toman la palabra, entre ellos una aguerrida anciana náhuatl de Tepoztlán. "Nuestra candidata es una mujer que tiene la fuerza, tiene mente, tiene corazón. Tiene un buen espíritu de lucha", asegura la anciana de 79 años, frunciendo el ceño.

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