En 2008, la emprendedora María Belén Sammartano decidió que era tiempo de lanzarse a la arena del emprendedorismo. Al año siguiente en Guaymallén su hectárea comenzó a dar sus primeras verduras de verdeo, aromáticas y flores y no dejó de crecer. Con atmósfera controlada y al abrigo de su invernadero, el altísimo cuidado de sus cultivos desde sus génesis en semillas, su desarrollo y cosecha hasta la llegada a manos de sus clientes, está monitoreado y certificado con normas de calidad.
Los resultados no se hicieron esperar. Su cartera de clientes se fue engrosando con los años y no sólo los restaurantes compran su producción, sino que también siguieron las verdulerías para llegar a algunos mercados y tiendas de productos gourmet y delicatessen.
-¿Cuáles definirías como claves de tu estrategia comercial?
-Con mi marca Huerta Gourmet, desde que empecé he apostado por hortalizas no convencionales. Nos dedicamos al verdeo, verduras baby y flores comestibles. Ésa es una de las claves. En Mendoza no había ningún sitio que ofreciera verduras y aromáticas de variedades de vegetales no convencionales.
Otra arista es mi gran cuidado por la producción. No sólo me preocupo de que mis cultivos tengan toda la sanidad posible, certificando con normas de calidad, sino que también me interesa que mis productos tengan trazabilidad necesaria. Mis cultivos son muy intensivos, requieren de mucho cuidado. Por ejemplo, plantamos y cosechamos todos los días. La hectárea posee el cuidado de hasta tres personas.
Ha ido mutando el proyecto. El concepto nació de consumir productos recién cosechados de sabor y calidad diferente. Entregamos en restaurantes, con servicios de catering. Cuando logramos volumen empezamos a la venta al público, supermercados, rotiserías.
-¿Con qué normas de calidad cuentan?
-Certificamos HACCP. Son normas de inocuidad alimentaria. Es muy importante hacer mucho hincapié en esto para determinar que lo que se produce es saludable. En general, la mayoría de los consumidores no saben qué productos químicos se han usado para las verduras. En mi caso desde hace mucho que trabajamos en fijar el origen de nuestra producción. En la gran mayoría de los casos nadie sabe qué le echaron a la verdura. No hay controles de ningún tipo, sobre todos en los grandes mercados. Pienso que hay que desmitificar viejos mitos.
-¿Cómo cuáles?
-Se produce cuando el consumidor por ejemplo, en el supermercado ve una manzana brillante, y cree que es sinónimo de sanidad, cuando por el contrario significa que le han colocado ceras que no son naturales. En nuestro caso tenemos un cultivo con manejo ecológico. A veces, en el caso de las verduras de hojas verdes, en el proceso de lavado quedan pulgones y tenemos reclamos de los clientes. Para nosotros es un buen síntoma que nos alerta que no quedó totalmente curado, aunque normalmente tienen bichitos microscópicos. Para tener las plagas controladas hacemos control biológico en el invernadero. Así por ejemplo sembramos vaquitas de San Antonio que comen los pulgones y así controlan las plagas.
Nosotros conocemos el ciclo de la verdura y cuándo se realizan las curaciones. Nuestra hectárea productiva está regada por riego por goteo y tenemos cuidados en la manipulación cosecha y post cosecha.
-Sus verduras ¿tienen un diferencial de precios?
-Sí, porque todo su proceso productivo es diferente. No todos están dispuestos a invertir en un ingeniero agrónomo, en un bromatólogo y en normas de calidad y toda la reglamentación que posee el Ministerio de Salud, como así también el registro del establecimiento y las habilitaciones que debemos tener. Cada centímetro de tierra en el invernadero sabemos qué hemos aplicado: desde la semilla hasta que la verdura es consumida. También en Guaymallén tenemos la parte de empaque y envase.
Pero allí no termina el proceso. También cuidamos biológicamente el suelo devolviendo a la tierra los fertilizantes que necesitan ya que los cultivos pierden nutrientes y es necesario volver a cuidar el equilibrio biológico y todo el círculo productivo.
-¿Qué tipos de clientes poseen?
- Para nosotros es indispensable que nuestros consumidores conozcan nuestros cultivos. Su sanidad y su sabor característicos para que vean la calidad de nuestros productos. Acercándonos a los restaurantes con muestras y, por supuesto, enfocándonos en la comercialización de forma personal. Además de restaurantes, también llegamos a verdulerías, comercios que apuestan a las delicatesen. La ventaja es que las ensaladas no sólo pueden tener un rol protagónico como comida principal, sino que también puede servir como acompañamiento de todo tipo de carnes.
-¿Qué tipos de cultivos poseen?
-Tenemos brotes vegetales, todas las aromáticas desde las de verdeo pasando por las babies hasta llegar hasta las flores comestibles que son muy usadas en la gastronomía gourmet. Son las nuevas tendencias de consumo.
¿Qué significa las verduras baby?
-Baby hace referencia a mini vegetales. Ahí también tiene total influencia la gastronomía ya que empezó a emerger una tendencia de mostrar la verdura en el formato original que posee. Así el consumidor puede ver la remolacha, no en partes sino en su forma original como se presenta en la planta. Son realmente muy llamativas a la vista, con sabores definidos y tiernos.
-¿Qué flores son comestibles?
- Se utilizan nuevamente en la gastronomía platos dulces, o salados. Nosotros tenemos desde taco de reina, caléndulas, rosas, violas, borrajas, vegonias. En el verano la flor de suquini, es también muy consumida.
¿Qué planes piensa implementar?
-El corazón de la empresa es hacer ensalada con diferentes tipos de brotes y vegetales. Ha sido un proceso de desarrollo. En estos momentos queremos apuntar a nueva línea de ensaladas que vendrán acompañadas con aderezo y combinando proteínas como pollos, quesos, listas para consumir. Mi objetivo es llegar a mercados y drugstores especialmente los ubicados en las estaciones de servicio.