Sin dudas Adolf Hitler fue y será uno de los personajes más fatídicos de la historia de la humanidad. Mientras estuvo al frente del régimen nazi, se convirtió enemigo de países enteros.
Es por esta razón, que tanto él como su entorno más cercano temían que fuera asesinado incluso al momento de la cena.
Tantas eran las amenazas que la SS decidió reunir a un grupo de 15 mujeres para que probaran cada una de sus comidas y así prevenir un posible envenenamiento.
Aunque en la Segunda Guerra Mundial la comida escaseaba, estas mujeres sufrían con cada bocado.
Sus vidas se convirtieron en un infierno ya que, pese a que el Führer jamás se dignó a verlas personalmente, eran sus cobayas y no las consideraba más que animales de laboratorio.
Cuando la guerra concluyó 14 "catadoras" fueron fusiladas, pero Wölk pudo esquivar ese trágico destino gracias a un teniente nazi con el que había tenido una relación.
Posteriormente, se empeñó en construir una segunda vida y ocultó el pasado en lo más profundo de su ser.
Sin embargo en 2013, a sus 95 años, decidió que era momento de contar su historia. Ya no quería sentir vergüenza de haber formado parte del 'batallón' de las catadoras. Una desagradable tarea a la que la habían obligado.
Las revelaciones de la mujer fueron tan sorprendentes que la escritora italiana Rosella Postorino, decidió interiorizarse aún más en el tema y escribir una exitosa novela a la que llamó "La Catadora".