Margareth Henríquez: “Lo fundamental en la vida es hacer lo que uno desea de corazón”

Es venezolana, vive en París y trabajó en Argentina y Uruguay. Tiene una amplia trayectoria en empresas multinacionales.

Margareth Henríquez: “Lo fundamental en la vida es  hacer lo que uno desea de corazón”
Margareth Henríquez: “Lo fundamental en la vida es hacer lo que uno desea de corazón”

Su perfil profesional trasciende más allá de América Latina, no sólo por ser la mujer que tiene a cargo la presidencia de dos compañías de talla mundial, ligadas a la vitivinicultura internacional, como Estates & Wines y Krug.

Margareth Henríquez ha sabido estar al mando de empresas multinacionales y entidades en las que, a base de esfuerzo, conocimiento y estrategia, ha logrado dejar su impronta.

Pero además, recalca la mujer de tono amable y a la vez contundente, ha apelado en cada una de las etapas de su vida a una herramienta que considera fundamental: "Amar lo que uno hace y amar a los demás; dejar que la vida fluya".

En el marco del octavo Ciclo de Encuentros que concretó Los Andes, el jueves 8 de marzo en bodega Chandon (ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo), Margareth Henríquez compartió sus experiencias y cómo se abrió camino en un mundo laboral predominantemente masculino.

Junto a ella, la reconocida arquitecta Eliana Bórmida y la vicegobernadora Laura Montero asistieron al intercambio y respondieron a su turno los interrogantes planteados por el gerente general, Luis García, y el editor general, Raúl Pedone.

Durante una pausa, en uno de los amplios salones de la bodega, Henríquez habló con Los Andes a solas y aprovechó la oportunidad para profundizar en una clave que ella considera fundamental para tener éxito en los objetivos planteados: estar a gusto con lo que uno hace y no olvidar qué cosas son prioridad.

-¿Cómo vivió su desempeño laboral en un mundo empresarial predominantemente masculino?

-En realidad, las diferentes etapas de mi trabajo siempre han estado más vinculadas con mi edad que con las circunstancias mismas. Cuando era más joven me tocó aportar todo mi conocimiento y esfuerzo para  luchar contra diferentes crisis que azotaron el mundo y Argentina, cuando me tocó estar aquí en 2001 y cuando llegué a Francia en 2009. Ahora voy a tener 62 años y lo que más me gusta es ver crecer a las generaciones futuras, transmitir el conocimiento logrado.

-¿Qué implicó salir de las crisis?

-Sobre todo mucho tiempo, trabajo y visión de futuro. Cuando estaba en Argentina teníamos mucha fuerza y eso lo supimos aprovechar a favor para salir adelante a pesar de las dificultades que planteaba el contexto.

Entre otros aspectos que conforman el extenso currículum de la mujer nacida en Venezuela, se destaca el de haber realizado un posgrado de gerencia avanzada en Harvard, Estados Unidos.

En 2001  estuvo a cargo de las bodegas Chandon en Argentina y Uruguay, donde realizó un exitoso trabajo a pesar del complejo contexto económico y social. Previamente había ocupado altos cargos en grandes grupos internacionales, como Seagram en Venezuela y Nabisco en México, sólo por mencionar algunas de sus intensas actividades.

A lo largo de ese proceso de crecimiento profesional y personal, confiesa, nunca sintió que el hecho de ser mujer fuese un impedimento. Inclusive, ella logró balancear su vida familiar y sus obligaciones laborales.  Tiene dos hijos y una  pequeña nieta.

-¿Cómo logro ese equilibrio?

-Creo que lo fundamental en la vida es hacer lo que uno desea y no olvidar qué cosas son prioridad en un momento determinado. No hay ninguna fórmula para lograr el éxito en la vida, sino más bien hacer lo que uno desea. Y si el deseo de una mujer es quedarse en su hogar con sus hijos porque realmente siente que es lo que quiere, entonces está haciendo lo correcto. Creo que en mi caso, mis hijos tomaron mi ejemplo, han sabido valorar mi esfuerzo y son personas muy responsables.

-¿Dedica muchas horas al trabajo?

-Sí, estoy trabajando demasiado. Pero creo que no es bueno excederse porque cuando una persona sólo trabaja, pierde la posibilidad de enriquecerse con otros aspectos de la vida que brindan sabiduría. La música, el descanso, ir a un cine o darse tiempo para la contemplación permiten a toda persona crecer y fortalecerse para continuar.

-¿Qué diferencias nota en el contexto respecto de las cuestiones de género si compara la realidad de hace más de tres décadas, cuando comenzó su vuelo profesional?

-Creo que se ha avanzado mucho. En mi caso, nunca he tenido problemas en mi trabajo por ser mujer. Uno tiene que saber manejarlo. No lo sentí ni en Argentina, ni en Uruguay. Quizá en Francia perdura un sistema que relaciona lo masculino y el éxito  con la racionalidad. Repito: aquí nunca lo sentí.

-¿Qué aptitudes logró forjar a lo largo del tiempo para que los trabajos con equipos y personas a cargo fuera exitoso?

-Creo que mi recurso más notorio es la experiencia. Pero si bien es una herramienta formidable, no podemos confiarnos sólo de eso porque se corre el riesgo de quedarse en las memorias de lo que se fue, de lo que ya pasó. En cambio, la emoción y la intuición nos permitirán producir nuevas creaciones. Si uno no innova, no avanza. Las personas no fracasan por sus debilidades, fracasan por la sobreutilización de sus fuerzas.

-¿Cuál es su consejo para las mujeres que están comenzando un proyecto y a pesar de las dificultades quieren mantenerlo en pie?

-Es fundamental creer en ti misma, tener confianza, conocerte. Creer en tu proyecto, no tener miedo y nunca, jamás, negociar tus valores. Nunca.

Perfil

Margareth Henríquez es ingeniera en sistemas con programa de gerencia avanzada en Harvard.

En Argentina, hasta el 2009, estuvo a cargo de Bodegas Chandon y Bodega Terrazas de los Andes. Fue presidente de la Asociación de Fabricantes de Vinos y Licores en Venezuela y de la Asociación de Fabricantes de galletas, pastas y harinas en México.

Integró el Comité Ejecutivo de Conméxico y los Comités Ejecutivos Internacionales de Seagram, Nabisco, Moët Hennessy Latinoamérica y Moët Hennessy Estates & Wines. En México fue profesora en la Universidad Panamericana. En Francia, preside la compañía Maison Krug, una prestigiosa marca de champán.

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