Margaret Atwood: escenas distópicas de una escritora molotov

Con 80 años casi recién cumplidos, afronta la pandemia con tranquilidad, racionalidad y hasta optimismo. Cómo ve el futuro la escritora.

Margaret Atwood: escenas distópicas de una escritora molotov
Margaret Atwood: escenas distópicas de una escritora molotov

Su papá era entomólogo y ella sabe de plagas desde hace mucho tiempo. Desde niña, quizás, cuando veía relucir en la biblioteca de su papá el lomo de "Ratas, piojos e historia", uno de los primeros libros dedicados al tema y firmado por Hans Zinsser, en los años '30. Extinciones, epidemias, belicismo bacteriológico... universos terribles que a lo largo de las décadas imaginó para sus novelas famosas ("El cuento de la criada", "Oryx y Crake", "Alias Grace", por nombrar algunas). Ya suma más de 60 libros publicados, pero a Margaret Atwood nadie la preparó para el coronavirus.

Tampoco es que lo sufre en exceso. "Me autoaislé durante días y ahora estoy practicando el distanciamiento social. Para mí no es un cambio absoluto. Nunca salía de la oficina de todas formas", confió en una reciente entrevista a diario Clarín. 

Por lo demás, sus premiadas historias contrastan con su tranquila vida en Toronto. Con 80 años apenas cumplidos (el 18 de noviembre pasado), se dedica a cocinar (más que antes) y volvió a hacer pan casero después de muchos años, sufriendo (como aquí mismo) el faltante de levadura y harina. Reemplazó las entrevistas en cafés por videollamadas con taza en mano y sus masterclasses se volvieron teleconferencias con distintos lugares del mundo. Además, hay que cuidar el jardín, algo que la entretiene.


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Gentileza

Por conocer muy bien el comportamiento humano y los intersticios de la historia es que Atwood puede tomarse una pandemia global con tal tranquilidad. Eso sí, hay cosas que la alertan: "Estoy preocupada por otra gente. No estoy preocupada por mí porque en estos momentos no me pasa nada. Si estás en casa, con suficiente comida, si no estás enferma, si tus chicos no te están volviendo loca y si no estás totalmente preocupada por lo que será de tu vida, que es lo que le pasa a mucha gente, ¿por qué estaría ansiosa? No estoy preocupada por mí sino por otras personas. Pero a mi edad, no hay mucha gente más vieja que yo por la que me tenga que preocupar", dijo riendo. 

Lo sorprendente es que ella, mente de aterradora ciencia ficción, no se quiebre al pesimismo y sea racionalmente optimista: piensa que con una vacuna, que no tardará mucho en producirse, esto quedará en el recuerdo, como el SARS.

¿Es optimista? "Creo que soy realista -apuntó-. Sabemos lo que es, sabemos cómo se transmite. No sabemos todo porque en algunas personas causa daños no sólo en los pulmones. Pero sabemos mucho más de lo que la gente sabía en el siglo XIV sobre la Peste -dice-. E incluso sabemos más que al principio del SARS. Lo que ha ido mal es que no estábamos preparados. No hemos escuchado a los epidemiólogos que nos advirtieron que algo así podría pasar".

"No sé si tenemos un papel", dudó sobre el papel de los artistas en esta coyuntura. "Creo que deberíamos escuchar a los científicos", razonó.

En su libro "Payback", en un momento se encaran dos posibles futuros: en uno logramos arreglar el planeta y en el otro no. En esa encrucijada nos encontramos hoy, sugirió. Es el mismo diagnóstico sobre el que alertó hace unos días Noam Chomsky, quien dijo que si no vamos hacia un masivo Green New Deal (una reconstrucción de la economía con principios ecológicos, dicho en otros términos) vamos directo a la extinción. Pero él es uno de los grandes pesimistas, sabemos.


Obra inmensa. Sus libros se volvieron célebres en series masivas, pero Atwood tiene una espesura propia | Clarín
Obra inmensa. Sus libros se volvieron célebres en series masivas, pero Atwood tiene una espesura propia | Clarín

Eso sí, existe el peligro. Como dice Atwood, "somos seres que piensan en el corto plazo".  "Una de las cosas que suceden cuando se altera el medio ambiente hasta el punto de presionar la vida, es que se producen más brotes de enfermedades de lo que es normal porque los microbios son oportunistas. Microbios hostiles aprovecharán seres con sistemas inmunológicos debilitados. Así que además de los grandes fuegos forestales en Australia, además del agotamiento de los océanos, ahora tenemos algo que nos afecta directamente, el COVID-19. ¿Por qué la pandemia de gripe de 1918 (llamada Gripe Española) fue tan mortal? Porque mucha gente tenía sus sistemas inmunológicos debilitados por la Primera Guerra Mundial".

También se pronunció sobre la intensificación del control digital, algo que mira con preocupación, porque "cuando la gente está asustada lo acepta". "Una vez que la pandemia haya pasado, ¿veremos una relajación de las normas en las democracias? Esperemos que sí. Aunque a veces, lo que sube nunca baja. Excepto los impuestos. No sabemos pero esto subraya una vez más la necesidad de tener una prensa libre. Necesitamos saber qué está pasando tanto como sea posible", reclamó.

Detonando el sistema

Atwood es emblema de imaginación al servicio de los cambios sociales. En 2017, gracias a la serie "El cuento de la criada" ("The Handmaid's Tale"), volvió a boca de todos, y por un libro publicado originalmente en 1985; es decir, mucho antes de la llamada cuarta ola feminista y del fervor actual por las distopías.

Ya no hay marcha feminista donde no exista alguna capa roja o cofia blanca, en alusión al vestuario de "El cuento de la criada", ese mundo donde las mujeres son esclavizadas y obligadas a parir.

Y ahora, Atwood acaba de reeditar en castellano "Penélope y las doce criadas" (Salamandra), una reescritura también feminista del mito de Ulises, en el que ni la propia Penélope, paciente tejedora, se salva de su humor corrosivo, pues -aunque ella es quien narra la "nouvelle"- el contrapunto lo ponen las 12 criadas ahorcadas por su hijo Telémaco, tras acusarlas de formar parte del complot que quería arrebatarle el trono de Ítaca. Las víctimas del femicidio hablan y no tienen piedad con la mitología.

Esta reescritura (como hizo  Gabriela Cabezón Cámara en "Las aventuras de la China Iron" sobre el "Martín Fierro") es una técnica que puede sacar a la luz los machismos y los colonialismos, entre otras basuritas que saltan al pasar el cepillo a contrapelo.

Pues a lo largo de su carrera, Atwood ya desmontó las visiones patriarcales de Shakespeare y hasta del primer poeta de la civilización occidental. Ella es una máquina de escribir y seguramente esta pandemia le está dando material de sobra para arrojarnos un nuevo libro que nos replantee las cosas y nos explote la cabeza. Y ya estamos ansiosos.

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