Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa quedó dividida. Los vencedores explotaban en los campos de prisioneros a los vencidos, y los vencidos debían dar la cara y ser juzgados por las atrocidades cometidas contra la humanidad. Sin embargo, en Inglaterra, iba a surgir una figura, casi un síntoma, que uniría de manera particular a los dos bandos: Bert Trautmann, un soldado alemán devenido en arquero estrella del Manchester City. Su historia era poco conocida hasta que el realizador Marcus Rosenmüller, amante del fútbol, de Maradona y Zico, se topó con un productor que le propuso hacer una ficción sobre la vida del arquero. De visita en la Argentina, en exclusiva para Estilo, conversamos con Rosenmüller y le preguntamos sobre los desafíos éticos al momento de retratar la vida de un personaje controversial. Y también su opinión sobre la selección de fútbol alemana.
- ¿Cómo lo conoció a Trautmann?
- Si bien soy un verdadero aficionado al fútbol, no conocía a Trautmann. Solo dos meses antes de conocerlo, porque llegó a Alemania a recibir un premio, había escuchado su nombre. Lo que no conocía era esta historia espectacular y extraordinaria que incluía no solo un choque entre países sino también una rotura de cuello en medio de un partido que siguió jugando.
- Sabemos que por intermedio de un productor conoció a Trautmann, que pudo entrevistarlo, y que gran parte de su relato es el sustento de la historia de la película: ¿cuánto duraron las entrevistas?
- Lo entrevisté por una semana, todos los días, varias horas. Su relato es la historia principal de la película pero también hay otras historias que construí a partir de la investigación que hice, los libros que leí sobre Trautmann y sobre los prisioneros alemanes en Inglaterra, y el programa de reeducación durante la guerra y antes de la guerra. Hay muchas historias, muchos hechos. También entrevisté otros prisioneros alemanes en Inglaterra y visité un museo de prisioneros donde pude ver muchas fotografías de cómo era la vida en esa época y de que allí adentro hacían obras de teatro y también jugaban al fútbol. De hecho, los partidos de fútbol en el campo eran más grandes que lo que muestro en la película. Con el tiempo, se empezaron a invitar equipos de afuera del campo para jugar allí contra los equipos de prisioneros.
- Es muy fuerte la escena del filme donde los prisioneros alemanes deben ver las primeras imágenes de la apertura de los campos de concentración. ¿Eso era parte de la realidad?
- Sí, cada prisionero alemán tenía que mirar estas películas, era parte del programa de reeducación.Y las reacciones eran como las muestro en la película: algunos sabían, otros lo negaban y otros se quedaban shockeados después de ver esas imágenes. Esto generó muchas tensiones entre ellos: algunos prisioneros se mataron entre ellos, otros se suicidaron. Esta es la razón por la cual en la película el prisionero que aparece muerto no se sabe si es porque se mató, o lo mataron.
- Y usted, ¿cree que Trautmann sabía de los campos de concentración?
- Bueno, lo que él sí sabía, porque lo vio, es que fusilaron prisioneros judíos. Él sostuvo que tenía 18 años, fue a un bosque en Ucrania, y en un claro vio un fusilamiento. Él tenía 18 años y no hizo nada porque temía por su vida. Esto es lo que yo recreo en la película con el personaje del nene.
- ¿Y le creyó? Por momentos, es muy empático con el personaje de Trautmann...
- Yo fui con muchos prejuicios en mi cabeza, y me encontré con un hombre muy simpático, por eso lo muestro así. Pero también quería mostrar que él era parte del Gran Monstruo y que se tenía que dar cuenta. Yo también quería mostrar que cada individuo es responsable por lo que hace. Yo sé que dentro de los soldados alemanes había ejecutores, soldados que hacían las cosas más crueles. Pero yo quería la otra parte, la de aquellos que decían “hice lo que tenía que hacer, no tenía otra opción”. Dentro de esta última parte, está nuestro protagonista: la de aquellos que no tuvieron el coraje de intervenir, de pararse frente a los otros. Yo realmente respeto a los que sí pudieron intervenir, no quiero sonar arrogante pero si hubiera estado ahí hubiera intervenido. Yo no me quiero despertar en una sociedad donde no tuviera “otra opción” otra vez. Y, lamentablemente, en Alemania están despertando voces de la derecha. De hecho, en las últimas elecciones obtuvieron el 25 % de los votos. Volviendo a Trautmann, no podría decirte si le creo después de conocerlo una semana. Solo sé que fue muy amable, muy gentil conmigo y que su vida en Inglaterra lo cambió 100%, él creó una fundación para judíos británicos y alemanes llamada Trautmann Foundation.
- Para terminar, y yendo a una pregunta relacionada con el deporte: ¿le gusta su actual selección nacional alemana?
- Yo estoy un poco decepcionado porque mis jugadores preferidos ya no juegan. Por ejemplo, Thomas Müller dejó la selección definitivamente; no por una crisis ni nada por el estilo, y en este momento no estoy muy feliz con eso.