Marcos Rojo: de casi villano a héroe nacional

El defensor sacó a relucir su personalidad en los momentos más calientes del partido y salvó a la Argentina de la eliminación.

Marcos Rojo: de casi villano a héroe nacional
Marcos Rojo: de casi villano a héroe nacional

Por un momento se estaba transformando en villano. El árbitro fue a ver el VAR y todos pensábamos en que la mano de Marcos Rojo se convertía en el segundo penal para Nigeria. El sueño se derrumbaba. Pero unos minutos después, se puso el traje de goleador. Recibió un centro de Mercado y como venía con la derecha, su pierna menos hábil, la puso al lado del palo. Todos, hasta los relatores, se preguntaban quien había convertido, nadie esperaba semejante definición de ese hombre que está acostumbrados a los memes por sus actuaciones que a los flashes.

Llegó al Mundial con lo justo, recuperado de una lesión un par de días antes de que Sampaoli diera la lista definitiva. Fue fustigado por su error en el primer partido que casi le da un gol a Islandia, aunque pocos recordaban que fue el que asistió, pifia mediante, al Kun Agüero para que hiciera el único gol con el que Argentina llegó a este partido.

Entró por la rendija a este partido ya que todo hacía prever que Mercado iba a ocupar ese lugar. Su partido fue correcto. Concentrado, firme en los mano a mano, confiado para manejar la pelota en las salidas y hasta para ir a buscar en el área de enfrente. "Mastico y sigo", había publicado una semana en su cuenta de Instagram graficando el mal momento que estaba pasando tras saber que quedaba afuera del partido con Croacia. Pero marcando que nunca se da por vencido.

"Lo necesitábamos muchísimo. Estamos más fuertes que nunca. Ahora empieza la Copa para nosotros. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza: les dije a los chicos el otro día que iba a hacer un gol, se lo dije a Enzo y a Mercado, lo sabía. Se lo dedico a mi familia, a mis padres y a mi hija que estaba en la cancha", se descarga Rojo. Con la sonrisa de oreja a oreja.

Se destaca por su personalidad, la que forjó de niño en un barrio pobre de La Plata. El hombre que hizo su carrera de forma meteórica, que se hizo famoso por la rabona tirada en el Mundial pasado y por el gol que le había hecho al propio Nigeria en aquella oportunidad (tiene dos en Mundiales) se convirtió de pronto en el héroe de una película que estaba destinada a tener un final totalmente inesperado. Supo ahuyentar los fantasmas y ahora todo se ve de otro color para el equipo.

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