El 14 de febrero de 2004, en una habitación de un hotel de Rímini, fue encontrado muerto Marco Pantani. Había llegado unos días antes a la localidad costera sobre el mar Adriático, cercana a San Marino, y los rumores de un posible suicidio corrieron por Italia con la misma velocidad con la que se enfrenta un sprint.
En la habitación se encontraron algunas cajas vacías de medicamentos antidepresivos y otras recientemente abiertas. Pantani atravesaba una dura crisis, el fiscal que condujo la investigación dio por cerrada la pesquisa, aquel hombre que había besado la gloria en la década del noventa y soportaba sobre sus espaldas el peso del descrédito por doping había cruzado una nueva frontera.
Mientras que para la enorme afición -que se apostaba en las rutas esperando verlo pasar luciendo una bandana colorida sobre su cabeza calva-, había partido su último gran campeón. Aquel hombre que había doblegado el rigor de la naturaleza y en las alturas comenzaba a vestirse de heredero de Fausto Copi, campeón del Giro en 1940, 1947, 1949, 1952 y 1953.
El "Pirata", ganador de la máxima rueda italiana en 1998, desde 1994 fue uno de los extraordinarios luchadores en las etapas de montaña. Diez años después, la imagen de Pantani (en su monumento en Cesenatico) será testigo de la aventura por la montaña mágica de Friuli (20ª etapa), considerada una de las montañas más duras de Europa.
Testigo de la 97ª edición de la carrera por la 'maglia rosa', que visitará varias montañas en las que él dejó su sello.
Como los héroes trágicos de la literatura, su nombre ingresó ya en el terreno de lo mítico y también de la leyenda. Diez años después de su trágica muerte, Marco Pantani sigue vivo en la memoria popular y en la historia del Giro.
Tras la salida exótica de Belfast, la más septentrional de la historia de la carrera junto a la de Herning (Dinamarca) en 2012, el Giro transitará por lugares memorables gracias a las hazañas del Pirata Pantani, que sigue siendo recordado en Italia con gran entusiasmo, pese a haber ganado una sola vez "la carrera rosa".
El sábado 24 de mayo, el pelotón volverá al santuario de Oropa, dedicado al culto mariano, en la población de Biella. Allí, Pantani firmó, en 1999, uno de sus ascensos inolvidables.
Comenzó la trepada hacia el santuario, con 1'30" de retraso a causa de una falla mecánica, pero llevó a cabo una magnífica remontada para aventajar en la meta al francés Laurent Jalabert por 21 segundos. "¡Pantani está demasiado fuerte!", dijo el francés.
Marco Pantani, el corredor del pueblo, fue el último ciclista en ganar el Giro y el Tour el mismo año. Ayer -en Irlanda del Norte- comenzó la ronda italiana en su memoria, rescatando del letargo alguno de sus ataques explosivos.
Marco Pantani, el héroe en la montaña
A 10 años de su muerte, el Giro de Italia rinde homenaje a la memoria de uno de los escaladores más importantes que dio a luz el ciclismo.
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