Marciano Cantero: “Si nosotros pudimos hacerlo, cualquiera lo puede hacer”

Ese mensaje inspirador es el que el cantante de Enanitos Verdes quisiera compartir, ahora que está de regreso, con las bandas de su tierra.

Marciano Cantero: “Si nosotros pudimos hacerlo, cualquiera lo puede hacer”
Marciano Cantero: “Si nosotros pudimos hacerlo, cualquiera lo puede hacer”

Sale de la pileta. Atiende empapado, pero accede. Aclara, de entrada, que sí, que está en Mendoza. ¿Viviendo? Así es, por el momento.

Podría pensarse a Marciano Cantero como a una criatura bifronte: un perfil es mendocino, el otro es mexicano.  Después de vivir tantos años en tierra azteca, de afincarse en el desierto de Sonora, de haber construido una vida allá, el cantante de Enanitos Verdes completa el círculo y retorna al lugar donde nació. "Facundo Cabral decía: 'no soy de aquí ni soy de allá'. Yo creo que las dos cosas: soy de aquí y de allá también".  

Desde hace meses lo sabemos en la provincia, pero entendemos que el proceso de volver es siempre complejo e íntimo. Aparte de haberlo cruzado por alguna muestra de arte, quisimos esperar el momento apropiado para hacerle esta pregunta.

– ¿Por qué volver?

–Hay miles de razones. La primera es que, en realidad, nunca me fui.

Espiritualmente, estaba. En cada show, en cualquier parte del continente, tomaba siempre el micrófono para decir “Somos una banda de la provincia de Mendoza”. Y de tanto afirmarlo, un buen día se preguntó: ¿Y qué hago que no estoy quedándome a vivir? “Aquí están mis padres, aquí fue siempre mi segunda casa. Aquí se quedó Felipe (Staiti), el amigo con el que sobran las palabras. Además soy un hombre de montaña”.

Para describir su momento, suelta una línea de Violeta Parra: “‘Volver a los 17, después de vivir un siglo’, esa es la mejor forma en la que puedo contestar cómo estoy”.

–¿Qué encontraste en esta vuelta? ¿Qué cambió? ¿Qué sigue igual?

–Mendoza siempre fue un semillero. Me pasó, estando en México, que fui a ver a un músico de acá: Javier Montalto, que tenía un grupo llamado Choco Guón. Me quedé sorprendido por el nivel. Una vez le dije a Pedro Aznar: “¿Vos sos consciente de que lo de ustedes fue una escuela?”. Ahora hay escuelas de rock, claro, donde te enseñan a tocar guitarra eléctrica. Pero cuando yo era pibe eso no sucedía.

–Igual para muchos Mario Mátar fue una escuela. Y ustedes,  como referentes de una forma de proyectarse al continente sin Buenos Aires.

–Mario fue una escuela, claro. De hecho hay una en Guaymallén que lleva su nombre. Fue un  amigo de toda la vida. Me acuerdo de que, al principio de todo, fui una tarde a su casa. Me hizo tocar una melodía difícil y yo quedé patinando. 'Andá, practicá y volvé', me dijo. Después tuve la fortuna, y esto pocos lo saben, de ser el primer sonidista de Altablanca, en un festival en Don Bosco. 
Con Matar, Marciano también compartió la inolvidable gira con Piero, en 1985. Y, mucho después, la dupla Cantero-Staiti grabó con él Badass, uno de los temas más rockeros de Tic Tac (2013), el decimotercer disco de estudio de los enanos.

La escuela verde

“No sé si fuimos los número 1 del Top 5 pero siempre fuimos coherentes con lo que nos gusta hacer. Mi hijo me dijo que lo que le gusta de la banda es que nos mantuvimos íntegros. Y es cierto: no nos sedujo la electrónica, no transamos con la cumbia ni con lo que marcaba la tendencia del momento”.

Si algo lo ha desilusionado es esto: "Vos podés grabar hoy la mejor canción de tu alma, pero nunca jamás vas a superar a Maluma".

Y no es que tenga nada contra Maluma –aclara– sino contra ese mercado de la música que te impone lo que hay que escuchar.

–¿Antes no era así?

–No tanto. Nosotros sacamos un disco que fue creciendo y expandiéndose en otros lados. Te hablo de los 80, de la época de La muralla verde. Lo hicimos con mucho trabajo, con muchísimo ensayo. Sé que las reglas del juego han cambiado. También fui testigo de cómo la industria se transformó en un demonio que se devoró a sí mismo.

–¿Y qué opinás de la música que se está produciendo en "habitaciones extrañas" y se lanza de inmediato a la red?

–Está buenísimo poder hacer las cosas así. Pero hay mucho que no me despierta interés. Sinceramente, no me ha llamado todavía la atención nada de lo que se sube gratis. Puede que sea un poco chapado a la antigua.

Como sea, muchos músicos y bandas locales le dejan discos como si se tratara de un gurú: “Tengo una pila grande. Ya llegará el momento de ponerme a escuchar. Estuve como jurado de grupos nuevos y no deja de sorprenderme el semillero. Talentos que siguen apuntando a ese lenguaje superior que es la música”.

Complicidades

“Agradezco a Dios que me haya sucedido Felipe en la vida”. Así valora a Staiti, el compañero musical y el amigo perpetuo.

Y todavía lo impresiona esa complicidad que encuentran al tocar juntos, ese entendimiento tácito entre bajo y guitarra, entre letras y riffs.

Marciano atribuye a la buena fortuna haberse cruzado en los 70 con él y con Daniel Piccolo. “Yo nunca me imaginé que iba a vivir de la música, que iba a viajar tanto. Esto lo hicimos los tres”, confiesa.

Recordando esa tríada de  juventud, le surge un mensaje inspirador: “Si nosotros pudimos hacerlo, cualquiera lo puede hacer”.

–Y ahora, ¿qué esperás que te pase?

–Empezar el año tocando en Mendoza es lo mejor que me podía pasar. Por eso me entusiasma estar este sábado en Junín.

Y la música nos sigue teniéndolos bien ocupados. "Nos espera otra gira con Hombres G, una banda con la que veníamos coincidiendo en muchos escenarios y con la que, por fin, nos ensamblamos para hacer un show juntos".

Ya lo probaron y funcionó: el trío Los Enanitos Verdes de hoy (Cantero, Staiti y el batero Jota Morelli) se comunican escénicamente con la banda española de pop rock con la que son como cuates. Ya hermanados en el lenguaje alternan los roles y los temas. No importa quién canta las canciones del otro. Sienten un territorio y repertorio común.

“Es que podés estar en un bar de Estambul o de  Budapest y, cuando escuchás a otro hablar español, inmediatamente sentís una cercanía y una empatía poderosa. No veo eso pasando seguido entre uno que hable inglés y otro alemán. Hay una cosa latina que nos une y nos abraza. Eso hicimos con el rock en español”.

Programación

XV Encuentro de las Naciones en Junín.

Tal como se viene realizando desde sus comienzos, en el Parque Recreativo Dueño del Sol, Junín enciende el Encuentro de las Naciones.

Mañana, el cierre artístico previsto para la primera noche del Encuentro tendrá la destacada participación de “Los Enanitos Verdes”.

Además, el domingo, es el turno de “Los Alonsitos” con el mejor folclore del Litoral Argentino y en el cierre se presentará el artista internacional Jose Vélez con sus clásicos.

Habrá patios de comidas y puestos de artesanos. La entrada es un envase plástico para reciclar, que será utilizado en el programa Junín Punto Limpio.

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